Hace 5 meses la vida de Miriam de Ungría daba un giro inesperado para todos al casarse con el príncipe Ghazi bin Muhammad. La foto del enlace de la viuda de Kardam de Bulgaria junto a su nuevo marido, en presencia del rey Abdalá de Jordania, la daba la casa real jordana a través de un comunicado, sorprendiendo a propios y extraños. La noticia corría rápido como la pólvora. Pocos conocían que Miriam había iniciado una nueva relación y, ni siquiera esos, podían imaginar que la nueva pareja tenía tanto peso en la vida de la diseñadora de joyas como para pasar por el altar.

La boda se celebraba el pasado 3 de septiembre, en la intimidad, de la misma forma que Miriam y su nuevo marido han llevado su incipiente relación. La celebración fue de lo más discreta, lejos del boato y los grandes fastos habituales en este tipo de ocasiones. Un simple comunicado de la corte Hachemita anunciaba la presencia en la boda del rey Abdalá y de los príncipes El Hassan bin Talal y Talal bin Muhammad, que deseaban a los recién desposados sus más «sinceras felicitaciones» y «una vida llena de felicidad».

En la foto que ilustraba el comunicado podía verse a la feliz novia con un elegante vestido de seda de manga corta color champán entallado a la cintura, mientras que el novio lucía un traje de chaqueta junto al tradicional turbante. La pérdida de la soltería no era el único cambio para Miriam de Ungría. A raíz de su enlace, Miriam (58), abandonaba también su nombre de soltera para convertirse desde ese momento en la princesa Maryam Al Ghazi, su nuevo nombre de casada en la casa real jordana.

Como Miriam de Ungría, Ghazi bin Muhammad (56) también llegaba al matrimonio tras una relación anterior. El nuevo marido de Miriam de Ungría es hijo de Muhammad bin Talal de Jordania y su primera esposa, la princesa Firyal. El fallecido rey Hussein era su tío, por lo que es primo hermano del rey Abdalá y ocupa el decimoctavo lugar en la línea de sucesión al trono. Ghazi bin Muhammad se casó en 1997 con su primera mujer, Areej Zawawi. Fruto de su unión nacieron sus cuatro hijos: el príncipe Abdalá y las princesas Tasneem, Jennah y Salsabeel. En mayo de 2021, tras 24 años de matrimonio, el reino Hachemita hacía oficial el divorcio de la pareja mediante un comunicado, el mismo medio empleado para anunciar su nueva enlace matrimonial.

La pareja reside a caballo entre Amán y, sobre todo, Londres, la ciudad a la que la princesa de Tirnovo se mudó después del fallecimiento en 2015 de su marido Kardam, primogénito de los reyes Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo, como consecuencia de las secuelas que le dejó un grave accidente de coche en 2008. Tras su muerte Miriam se centró en sus dos pasiones: sus hijos y las joyas. Para ello en 2013 Miriam montó en Madrid, donde residía, MdeU Design, la empresa a través de la cual comenzó a diseñar su propia línea de joyas comercializándolas a través de internet.

Declive empresarial

Tras pensarlo mucho, Miriam de Ungría decidió dar el salto y mudarse a Reino Unido, más concretamente a Londres para estar cerca de sus hijos, Boris (24) y Beltrán (23). Los jóvenes estudiaban en la capital británica sus carreras, tras haber cursado el colegio en Austria. Boris –el mayor y heredero de los derechos dinásticos del trono búlgaro–, Bellas Artes y Beltrán, Física. Desde Londres, Miriam de Ungría continuó con su carrera como diseñadora pero ya al lado de sus hijos, de los que había estado separada cinco largos años. Desde entonces Miriam de Ungría ha regresado a España y sobre todo a Madrid, solo en casos obligados, como fue en octubre pasado, para despedir a su padre, Bernardo Ungría Goiburu, que fallecía en Madrid a los 98 años. Aparte de adoptar un perfil bajo mediáticamente hablando, Miriam parece haber abandonado también su dedicación a las joyas. «MdeU Design», acumula años de caídas en la facturación de la empresa. Quizás, fruto de ese descenso en los ingresos, la empresa, aparte de joyas, comenzó a ofrecer hace un tiempo a sus clientes jabones con fragancias 100% personalizadas. Un mercado por explorar para la princesa Maryam. Ella nunca ha perdido su vínculo con España, pero ahora se mueve en jet privado y va a visitar a amigas y regresa. Una nueva vida caracterizada por el hermetismo.