
Justicia
Paloma Lago denuncia una presunta agresión sexual con sumisión química: "Me desperté desnuda y desorientada"
La presentadora acusa al exconselleiro do Mar, Alfonso Villares, quien ya ha dimitido y se declara inocente
La noticia ha sacudido la actualidad mediática y política: Paloma Lago ha denunciado una presunta agresión sexual en la que asegura haber sido víctima de sumisión química. Los hechos se remontan al pasado 27 de diciembre de 2024, cuando, según su testimonio, se despertó desnuda y desorientada en su casa de Ferrol. Fue un familiar quien la encontró en ese estado y dio la voz de alarma.
La denuncia, interpuesta por la presentadora de 58 años, señala como presunto autor al ya exconselleiro do Mar de la Xunta de Galicia, Alfonso Villares, quien presentó su dimisión el pasado 4 de junio al conocerse que figura como investigado en el procedimiento judicial abierto. El político gallego ha solicitado la baja temporal como militante del Partido Popular y ha declarado públicamente su total inocencia.
Su sobrino, testigo circustancial
Los detalles del caso, adelantados por El programa de Ana Rosa, revelan que ese día una ambulancia y una patrulla policial acudieron al domicilio de Lago en Cobas, A Coruña. Hasta ahora, el único testimonio conocido es el de su sobrino, vecino pared con pared, quien afirma haber presenciado "algo" y ha sido citado como testigo. "Soy testigo circunstancial. No escuché nada, pero lo vi a él", explicó este jueves en el programa TardeAR, sin querer profundizar más allá. "Paloma me ha pedido discreción".

Ambos protagonistas coincidieron meses antes en un evento público: el torneo hípico Equiocio, celebrado en agosto en Cobas, una cita habitual en el entorno familiar de Lago. Fue allí donde, según diversos medios, se les vio por última vez juntos.
Desde que la denuncia se hizo pública, la exmodelo ha permanecido completamente alejada de los medios. LA RAZÓN ha tratado de contactarla pero su teléfono permanece apagado y no ha hecho declaraciones. Se sabe que en los últimos años había dejado Madrid para volver a Ferrol, su ciudad natal, con la intención de estar más cerca de su familia. Especialmente de su padre, Quico, músico y fundador del grupo Los Zafiros, fallecido en enero.
El proceso judicial apenas comienza y el caso se encuentra en fase de investigación. Mientras tanto, el silencio de Lago contrasta con la contundencia de su denuncia, que ha puesto de nuevo sobre la mesa la gravedad de la sumisión química y su impacto en la violencia sexual.
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