Polémica
Patricia Llosa y su hija Morgana huyen de Isabel Preysler
La socialité está preocupada por el estado de salud de Vargas Llosa, pero ellas no atienden sus llamadas
Sabemos que, por mediación de intermediarios, Isabel Preysler se está interesando por el estado de salud de su ex, Mario Vargas Llosa, ingresado en la madrileña Clínica Ruber, aquejado, por segunda vez, de covid-19, pero también llega a nuestro entorno la convicción de que la familia del Nobel pasa olímpicamente de las llamadas de Isabel.
Ni Patricia Llosa ni su hija Morgana quieren tener el menor contacto con la Preysler, huyen de esa mujer. Jamás le perdonarán que “destruyera” el matrimonio de Mario y Patricia cuando cumplían su cincuenta aniversario matrimonial.
Las dos mujeres más mediáticas de la familia Vargas Llosa tampoco son amables con los reporteros que las abordan estos días para interesarse por la salud de Mario. Incluso Morgana se muestra bastante maleducada en sus respuestas, tildando a los periodistas de mentirosos cuando le aseguran que solamente quieren conocer el estado del escritor. Su madre se limita a intentar tapar su rostro con una chaqueta y permanece muda en todo momento.
El Nobel ya padeció el covid-19 con anterioridad, pero en aquella primera ocasión tenía a la Preysler a su lado, de hecho fue ella la que le mandó a su chofer a recogerle cuando le dieron el alta. Eran otros tiempos.
Precisamente hoy mismo tenía previsto Vargas Llosa irse de vacaciones con sus tres hijos y sus nietos a tierras italianas, y se les iba a unir su exmujer, Patricia, en unos días. Evidentemente, a ninguno se les ocurre asistir a la boda de Tamara e Iñigo Onieva este próximo sábado.
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