Paulina Rubio, obligada a acudir a terapia familiar tras una acusación de agresión a su hijo

La batalla legal entre Paulina Rubio y su exmarido, Colate Vallejo-Nágera, ha sumado un capítulo especialmente delicado. La artista mexicana, de 53 años, ha sido acusada de un presunto episodio de maltrato físico hacia su hijo Nico, lo que ha llevado a una jueza de Miami a imponerle la obligación de iniciar terapia familiar inmediata.

Todo ocurrió, según el relato de la defensa de Colate, tras una discusión entre madre e hijo por el uso del teléfono móvil. En ese contexto, Paulina le habría propinado un manotazo al menor, una versión respaldada por Amber Glasper, cuidadora de la casa, quien al escuchar los gritos decidió llamar a la policía.

Revuelo mediático

Los agentes acudieron a la residencia de la cantante y notificaron lo sucedido a la tutora legal del menor, como exige la ley estadounidense en casos de custodia. Fue ella quien trasladó el caso al juzgado. El pasado viernes se celebró una audiencia virtual urgente en la que comparecieron tanto Paulina como la trabajadora del hogar, esta última en calidad de testigo.

La jueza dictó una medida inmediata: terapia familiar. Según medios como "Y ahora Sonsoles", esta resolución marca un punto de inflexión, ya que el menor será escuchado por la justicia por primera vez. "La única buena noticia para Colate y su hijo es que finalmente un juez le va a preguntar dónde quiere vivir", aseguró la periodista Beatriz Cortázar.

La noticia ha causado revuelo, especialmente porque llega pocas semanas después de que Paulina posara sonriente con sus hijos en la portada de "¡Hola!" México, declarando tener una relación excelente con ambos. Colate, por su parte, expresó su malestar, señalando que no fue informado ni autorizó que su hijo apareciera en la publicación, a la que considera una acción comercial.

Aunque no hay una resolución definitiva, este nuevo episodio deja claro que la situación familiar está lejos de normalizarse. Por ahora, Paulina Rubio deberá cumplir con la orden judicial en un intento de reparar la relación con su hijo en un proceso que, por primera vez, también tendrá en cuenta la voz del menor.