Depredador

Peter Nygård, un «monstruo» con cara de magnate

En Canadá, es el equivalente a nuestro Amancio Ortega, y ha sido acusado de violación por más de 50 mujeres

El magnate de la moda Peter Nygard (en el centro), junto a varios de sus invitados en uno de sus eventos
El magnate de la moda Peter Nygard (en el centro), junto a varios de sus invitados en uno de sus eventoslarazonLa Razón

Las perversiones más oscuras de los magnates multimillonarios parecen tener varios denominadores comunes: perversas fiestas secretas, círculos de amigos con mucho poder e influencia y una mansión cuyas habitaciones albergan los secretos de sus atroces crímenes. Por desgracia, es una historia que se repite con frecuencia, y en esta ocasión el protagonista es Peter Nygård, un empresario de origen finlandés que se convirtió en el dueño del imperio de la moda más importante de Canadá. Antes de su caída en desgracia, su entramado se extendía a lo largo de 170 tiendas en Norteamérica y más de 6.000 establecimientos en centros comerciales, un éxito arrollador que le permitió amasar una enorme fortuna y codearse con lo más granado de la élite.

Famosas eran las fiestas de su mansión de las Bahamas de más de 20 habitaciones, por las que han pasado nombres tan populares como Michael Jackson, Robert De Niro, Sylvester Stallone, Oprah Winfrey o el príncipe Andrés, de nuevo vinculado a un supuesto depredador sexual –dime con quién andas…–. De hecho, sus nexos con la familia real inglesa eran tan potentes que en el año 2012 recibió la Medalla del Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II en reconocimiento a «su labor filantrópica en la recaudación de fondos y la sensibilización para la investigación del cáncer y sus destacadas contribuciones a Canadá y la Commonwealth». Sin embargo, tras esa cara amable de magnate altruista parecía esconderse un «monstruo».

A sus 82 años, se enfrenta a la cadena perpetua tras ser acusado por más de 50 mujeres de varios delitos, entre los que se encuentran el secuestro y la violación.

El juicio contra el magnate comenzó el pasado 26 de septiembre en Toronto, y desde entonces se han recogido algunos testimonios escalofriantes de las supuestas víctimas, que lo acusan de haber utilizado «su poder y su estatus» para agredir sexualmente, violar y secuestrar a varias mujeres jóvenes, incluso menores de edad, entre los años 1980 y 2005.

El modus operandi del presunto depredador es similar al que se ha llevado a cabo en casos similares. Nygård atraía a sus víctimas a la sede de su emporio en Toronto con la excusa de ofrecerles un puesto de trabajo, pero lo que parecía una gran oportunidad para ellas terminó convirtiéndose en su peor pesadilla. Al final de cada visita, supuestamente las llevaba a una especie de habitación del pánico amueblada con una «cama enorme». Según el relato de las demandantes, se trataba de un cuarto «silencioso y de colores oscuros», cuyas puertas tenían cerraduras automáticas controladas por el empresario que habría utilizado para dejarlas encerradas y a su merced.

«Estaba a horcajadas sobre mis piernas y empezó a quitarme la ropa», cuenta una de las supuestas víctimas sobre la noche en la que la habría violado. «Luego, –añade– llamó a la puerta del baño para decirme que todavía tenía el condón dentro de mí». Un testimonio escalofriante y similar al de decenas de mujeres que se han sumado a esta demanda colectiva, pero que no pareció despertar «ninguna emoción» en Nygård mientras lo escuchaba durante el juicio, postrado en una silla de ruedas. El magnate se encuentra en prisión preventiva desde el año 2020, cuando fue detenido y comenzó su caída en desgracia. Pocos meses después, su empresa se declaró en quiebra, pero no son las materiales las únicas pérdidas a las que ha tenido que hacer frente…

Un monstruo en la familia

Por si los testimonios de estas mujeres no fueran suficientes para poner de manifiesto esa supuesta cara oscura de Nygård, desde su propia familia llegan otros relatos que empeoran la historia todavía más. El empresario se casó cuatro veces y ha tenido siete hijos, pero tres de ellos le han echado de sus vidas a consecuencia de las duras acusaciones que vierten sobre él. Dos aseguran que contrató a una prostituta para que les violara y les quitara la virginidad cuando tenían 14 y 15 años, y el tercero sostiene que vio a su padre tocar «de forma inadecuada» a una niña de solo ocho años. El mal hecho persona, spuestamente, claro.