Misterio
Reabren el caso sin resolver de la baronesa Rothschild
La Policía escuchará el testimonio de los testigos que vieron a Jeanette Bishop May antes de desaparecer en una tormenta
Cuarenta y cuatro años después de la desaparición de Jeanette Bishop May, baronesa de Rothschild, y de su asistente personal, la modelo italiana Gabriella Guerin, sucedida misteriosamente en las montañas Sibillini en noviembre de 1980, vuelve el caso a la actualidad. El fiscal de Macerata, Fabrizio Narbone, no ha revelado detalles específicos sobre las investigaciones que se han retomado, pero confirma que el expediente relativo a la muerte de las dos mujeres está abierto, según informó el programa «Quarto Grado».
La hipótesis del crimen que se investiga es la del doble asesinato. Narbone afirmó a la agencia de noticias ANSA que se espera, de hecho, un punto de inflexión «en algunos meses», subrayando que no ha habido nuevos acontecimientos que motiven la reapertura del caso, aunque el fiscal destaca la importancia de esclarecer el asunto, por lo que se están interrogando a numerosos testigos que vieron a la baronesa y a Guerin antes de perderse en una tormenta de nieve.
Otro de los motivos que ha llevado a reabrir las investigaciones es escuchar a varios testigos, personas involucradas o conscientes de los hechos, ya que los principales protagonistas de la historia están muertos. Entre los cazadores que descubrieron los restos ya en estado de descomposición de las dos mujeres en la zona del cementerio de Potalla di Fiastra uno sigue vivo y otro ya no reside en la zona. Además, Daniele Talocco, un testigo importante de la época que había visto a Jeanette y Gabriella antes de su desaparición, murió hace cuatro años.
Las dos mujeres habían viajado hasta allí para seguir la reforma de una casa de campo comprada por Jeanette en Contrada Schito y para reunirse con un topógrafo al que nunca habían podido contactar. El día de su desaparición, tras salir del hotel de Pini hacia las cinco de la tarde, se dirigieron hacia las montañas Sibillini, donde les sorprendió un fuerte temporal. Sus cuerpos no fueron encontrados hasta enero de 1982 en una zona boscosa de Podalla di Fiastra, tras varias semanas de búsquedas infructuosas. Mientras que el coche donde viajaban era descubierto 17 días después de su desaparición en un sobrevuelo policial. Entonces, el municipio de Fiastra erigió un santuario en memoria de las dos víctimas.
Devoradas por jabalíes
Según las investigaciones, los cadáveres habían sido devorados por jabalíes. Su trágica desaparición desconcertó a los italianos durante años y provocó especulaciones sobre vínculos con la mafia, un robo de arte en Roma, el asesinato de un anticuario italiano así como la misteriosa muerte de Roberto Calvi , un banquero del Vaticano, en Londres durante el año 1982. La Policía comenzará a escuchar esta semana el testimonio de una docena de testigos que conocían a las mujeres en el momento de su desaparición.
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