Memoria
El recuerdo agridulce de Ángel Cristo en el 13 aniversario de su muerte
El 4 de mayo de 2010, el exmarido de Bárbara Rey perdía la vida tras sufrir un infarto agudo de miocardio
Hoy se cumple el trece aniversario del fallecimiento de Ángel Cristo, un hombre al que la reciente emisión de la docuserie de la que fuera su esposa, Bárbara Rey, ha devuelto a un primer plano de la actualidad. Era un hombre con doble personalidad, amable y cariñoso en los momentos buenos, y agresivo cuando se le cruzaban los cables, entonces era temible. Recuerdo una ocasión en la que le vi sacar de una discoteca a puñetazos a un conocido actor por el simple hecho de encontrarle flirteando con Bárbara.
Aquel matrimonio no tenía futuro, por la actitud agresiva del considerado como mejor domador de España. Yo mismo contemplé una brusca pelea en el chalet familiar de La Moraleja cuando les hacía un reportaje. Mi presencia, seguramente, impidió que la trifulca acabará con males mayores.
Ángel tuvo el "mundo del lujo" en sus manos, pero las adicciones y su mala cabeza le llevaron a la ruina. El artista cayó en un abismo sin fondo y su entierro fue sufragado por la misma Bárbara y uno de sus amigos. Se habían casado en enero del 1980, y de aquella unión nacieron sus hijos, Sofía y Ángel. La ruptura llegó en el verano de 1988. Imposible una reconciliación. Después, su currículo sentimental lo conforman la bilbaína Berta Cilleruelo, la trapecista checa Angelica y otra artista circense, Circe Roque. Todas tuvieron que lidiar con las adicciones del hombre que no supo enderezar su vida por el buen camino.
Unos meses antes de morir quedé con él en un hotel de la madrileña calle de Santa María de la Cabeza. Le estuve esperando más de media hora y seguía sin bajar de su habitación. Uno de los empleados me contó que se encontraba en una situación lamentable y que había roto parte del mobiliario. Contacté con él telefónicamente y fue incapaz de balbucear dos frases seguidas. Quedamos el día siguiente y al regresar al establecimiento hotelero ya había desaparecido. No le volví a ver.
El 4de mayo del 2010, a los sesenta y cinco años de edad, fallecía en la más completa soledad, en una habitación del Hospital de Alcorcón, localidad cercana a Madrid, tras sufrir un infarto agudo de miocardio. Sus hijos se habían enterado por la televisión del ingreso hospitalario de su progenitor, y llegaron al centro sanitario cuando Ángel ya había muerto.
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