El refugio secreto de Genoveva Casanova en plena tormenta con el príncipe Federico de Dinamarca

La bomba que ha caído en Dinamarca y que amenaza la propia estabilidad de su Corona salió el pasado martes desde España en formato exclusiva. La revista ‘Lecturas’ publicaba unas imágenes del príncipe Federico paseando por las calles de Madrid con su buena amiga Genoveva Casanova. Lo curiosa no es la cita en sí, sino el hecho de haberlo hecho a hurtadillas, sin dar a conocer su viaje, y pasar la noche en el domicilio de la mexicana. Salió a primera hora de la mañana y regresó rápido a Copenhague al lado de su esposa. Sin embargo, el huracán ya se había formado y poco o nada ha podido hacer para eludir la polémica. Ni comunicados de prensa, ni mostrar normalidad ante los medios con la princesa Mary, ni restar importancia a su viaje. Nada ha servido, como así le ha sucedido también a la propia Genoveva Casanova, que ha decidido poner tierra de por medio para evitar el acoso mediático.

La exmujer de Cayetano Martínez de Irujo está en boca de todos en medio planeta y todos quieren saber más sobre ella. De ahí que haya decidido abandonar su casa de Madrid, donde le esperan decenas de cámaras y reporteros, para instalarse en uno de sus refugios privados. La socialité posee numerosas propiedades, aunque son muchos los que la sitúan en San Sebastián, concretamente en el Palacio de Arbaizenea, donde puede disfrutar de la intimidad ansiada, sin renunciar a estar en pleno contacto con la naturaleza. Un rincón espectacular que, en realidad, pertenece a su exmarido, pero en los quince años que llevan separados han sido muchas las ocasiones en los que ella ha emplazado aquí su descanso y privacidad. Así ha hecho cuando quería disfrutar de unos días con sus amigas, además del lugar estratégico en el que pasó la cuarentena por el coronavirus, disfrutando de su amplísimo jardín.

Construido en el siglo XIX, el Palacio de Arbaizenea de San Sebastián fue una de las propiedades que Cayetano Martínez de Irujo heredó de su madre, la duquesa de Alba. Se trata de una impresionante edificación de 478 metros cuadrados, levantada en un terreno de 20.000 metros cuadrados, donde se emplaza una segunda residencia, destinada a los empleados de la propiedad. Un rincón al que no le faltan detalles, pues cuenta con todas las comodidades necesarias para hacer la estancia de sus moradores inolvidable. Quizá por eso Genoveva Casanova siempre considere en este lugar como su refugio predilecto y de ahí que se piense en él como el escondite elegido mientras escampa la tormenta del príncipe Federico de Dinamarca.

Con aires clásicos y un estilo rústico, el Palacio de Arbaizenea cuenta con numerosas habitaciones y cuartos de baño, así como varios salones y cocinas. Todo a lo grande y por duplicado para poder acoger a un gran número de huéspedes. Incluso cuenta con bodega y capilla propia. Pero la joya de esta residencia es, sin duda, su jardín, perfectamente cuidado e ideado para el disfrute de la naturaleza sin renunciar a la comodidad. Así, los balcones te permiten ver la extensión verde que rodea la mansión, además de contar con varios porches en los que emplazar el disfrute cuando el buen tiempo acompaña.