Roberto Verino: «Tengo la sensación de que todavía tengo mucho por hacer»

La primera fotografía que realizó Roberto Verino para su firma la hizo con un fotógrafo amateur y una amiga de este, que ejerció de modelo. Quizás ninguno pudo imaginar que después de aquella primera instantánea, las campañas las firmarían genios como Javier Vallhonrat y las protagonizarían modelos como Helena Christensen. El centro Fernán Gómez de Madrid acoge hasta el 9 de abril cuarenta fotos que resumen la carrera de una de las firmas más importantes de nuestro país. Se han quedado muchas fuera, aguardando a lo mejor poder celebrar los 80 o los 120 años de la marca que el diseñador gallego espera que continúe cuando él ya no esté.

¿Le gustaría que la firma perviva cuando usted ya no esté?

Me gusta esa idea porque creo que refleja la lucha incansable que hemos tenido para buscar la excelencia. Uno vive mientras a uno se le recuerda.

¿Qué sensación tiene cuando echa la vista atrás?

Es como mirar a un abismo, pero también resulta una reflexión muy interesante porque te hace entender lo que hemos trabajado, la ilusión que hemos puesto y los momentos complejos que también hemos tenido.

¿Y sigue con ganas de estar al frente?

Lo que hago lo hago porque estoy convencido de que lo quiero hacer. Aquí es donde me he encontrado realizado. Para mí la moda no es un trabajo y me reconozco un afortunado. Hay que dedicarle tiempo y eso te impide hacer otras cosas, pero el retorno que tengo me compensa. Tengo la sensación de que todavía tengo mucho por hacer.

Usted montó una compañía de la nada.

Lo mío fue el triunfo de la voluntad. Me vine de París a montar una compañía en Verín, asumiendo el riesgo que muchos de mis colegas no tomaron, porque ellos solo querían ser diseñadores. Pero aquí hay que arrimar el hombro, saber priorizar y saber dónde están los valores. Lo fácil es que te lo resuelva otro, lo difícil es resolverlo todos juntos.

En los 80 de Galicia salen muchas marcas que cambiaron el rumbo de la moda. ¿Qué pasó?

Los gallegos tenemos la morriña cuando salimos fuera y ahí te das cuenta de que quieres desarrollar algo que haga que la gente no se tenga que marchar de su casa. Los que hemos estado dispuestos a asumir ese riesgo, como Adolfo Domínguez y yo, teníamos claro que esto era una actividad seria y que no valía con ser solo bueno en algo, sino que había que serlo en todo. En este país tenemos que darnos cuenta más a menudo de que cuando algo vale la pena hay que aplaudirlo, aunque te pueda eclipsar.

Estas palabras bien podrían ser las de un candidato a presidente del gobierno...

Ojalá los políticos entendieran que el bien general es el que construye, que hay que darle argumentos a la gente para que se gane la vida, no recurso para que no haga nada. Si generas parásitos, luego ellos se compran a su creador.

Cuarenta años después, ¿le emociona que le elija la Reina Letizia?

Sí, sigue siendo emocionante.