
Gastronomía
Ronda de bares: La Taberna Luis de Rosario, ateneo murciano
"Desde 1915 permanece abierto este insólito tabernáculo popular, como un altar del pueblo para el pueblo"

Por el mundo pimentonero hay mucha alegría de bares. El autóctono es un hedonista a carta cabal. Le gusta vivir bien, comer fuerte y beber con cierto ritual, sin estridencias pero con convicción. Y en el barrio pobre de San Antolín, donde se tejen historias de poca luz y otras de una hondura humanista que no se enseñan en facultades, se encuentra la Taberna Luis de Rosario. Desde 1915 permanece abierto este insólito tabernáculo popular, como un altar del pueblo para el pueblo. Hoy gobierna con mando y retranca el señor Pedro, personaje de humor cambiante y verbo seco que regenta un local que antes fue tienda de comestibles y que ahora es santuario del vermú y del bocado de raza.
Porque aquí el vermú es religión servido en copa helada, sin florituras ni sifones barrocos, una versión en sí misma, como un pequeño cofre líquido que guarda todas las virtudes de ese aperitivo que en otros lares se ha vuelto moda, pero que en Murcia nunca dejó de ser liturgia.
La tapa estrella es una insólita anchoa con cebolla, a prueba de cardiólogos y de corazones débiles, o la gabardina, que aunque sea rústica en apariencia, contiene la verdad del sabor, la textura del exceso y la chispa de la infancia frita. Se hace solo los fines de semana, como quien guarda el milagro para la fiesta. Y a la gamba envuelta en rebozo se le llama caballito, con esa nomenclatura antigua que aún respeta el bar. Al igual que el bacalao rebozado, que se conoce por pavía, nombre de evocaciones gloriosas. Pero aquí todo es más popular y menos militar.
La cobertura es tan fina, tan ajustada, que el producto estalla de sabor, sin disfraces. Con toda su guasa, el Séneca del bar –porque Pedro lo es– corta embutidos con la calma del que ha vivido mucho y te suelta alguna fresca que deja más poso que un ensayo universitario. El bar es eso: un lugar donde se come, se bebe y se piensa, aunque sea entre dientes. Y en Murcia eso sigue siendo palabra mayor.
Luis de Rosario Taberna.
Calle Angustias 3, Murcia.
968296355
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