Opinión

Los sábados de Lomana: Una palmadita en el trasero

Un repaso de la visita de los Reyes a ARCO y el cotilleo del momento, la infidelidad de William de Inglaterra a Kate Middleton

Carmen Lomana
Carmen LomanaLa Razón

El jueves fue la inauguración oficial de la feria de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, con la presencia de los Reyes que, como cada año, acuden desde 2009, siendo entonces Príncipes de Asturias. Solamente el año pasado dejó de asistir el Don Felipe, dado que acababa de empezar la guerra de Ucrania. He acudido sin dejar pasar un solo año y siempre es una alegría su presencia, a pesar de las enormes medidas de seguridad para que nadie se acerque a ellos.

La feria, oficialmente, se abrió el jueves a las 12:00 y, con puntualidad, allí estaban Sus Majestades. El Rey, con un traje oscuro, camisa blanca y corbata en tonos rosas jugando con el color rosa palo del vestido de la Reina. Letizia estaba bellísima. Su piel, muy clara, y con el pelo oscuro, liso, muy largo y brillante, contrastaba con un sencillo vestido que le favorecía mucho. El toque fashion lo daba su bolso mini con dibujos semejantes a los Gucci de los años setenta. Pero era de una marca mucho más barata. Nuestra Reina nunca hace un dispendio en ropa. Tuve el honor de saludarla, porque ella siempre es encantadora conmigo, desde la primera vez que coincidimos en un acto en la sede del periódico «ABC». Siempre tiene hacia mí palabras de cariño, e incluso cuando se iba y pasó delante de mí, rodeada de seguridad, me tiró un beso al aire que me emocionó por la ternura que el gesto conlleva. Pensé que a veces hacemos juicios de valor absurdos. Que si es fría y distante, que si va muy envarada... Y nada de eso es cierto: es cálida y cercana. Me entra mala conciencia por las veces que la he criticado, que no han sido pocas, de la misma forma que he hablado de ella con admiración y respeto en otras muchas ocasiones. Cuando se trabaja en los medios y se hace crónica social, por encima de todo hay que ser pragmático y sincero con lo que uno piensa en ese momento.

La feria este año me ha parecido muy buena, con menos obras tipo «mamarrachadas», que solo algunos esnobs, que van de divinos, entienden. El arte abstracto no se puede explicar. Sientes entre las muchas obras que hay una que te emociona y quisieras tenerla y contemplarla tu solo; es un «golpe de amor», y ese golpe de amor lo he sentido ante dos obras de José María Sicilia colgadas en la Galería de María Baró. Esta semana es mi favorita culturalmente del año, el encuentro con tantos amigos amantes del arte, las cenas y tertulias que se organizan y otras muchas galerías que exponen en Art Madrid’23, 18 Feria de Arte Contemporáneo, Hybrid Art Fair y otras más. Por sus espacios se movían Miguel Bosé, Borja Thyssen, Lorenzo del Castillo y muchos más amantes del arte.

Carmen Lomana deslumbra en ARCO.
Carmen Lomana deslumbra en ARCO.GTRES

Hay un tema de cotilleo social que me tiene absolutamente compungida si fuese cierto. La infidelidad de William de Inglaterra con Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley e íntima amiga en sus tiempos, junto a su marido, de los príncipes de Gales. En 2019 fue un tema muy comentado que William y Rose Hanbury habían sido vistos juntos en una fiesta durante el tercer embarazo de su esposa Kate, que pidió a su marido eliminar a la marquesa de su círculo de amigos. No se volvió a hablar del tema hasta que la Prensa inglesa aseguró que el príncipe pasó el día de San Valentín con su amante en un conocido y lujoso restaurante italiano, habiéndole regalado un ostentoso collar de perlas. Me cuesta mucho creer que una persona como él sea tan poco discreto y necio para ir a uno y regalar a la vista de todo el mundo un collar a su supuesta amante el día de los enamorados. Sinceramente, no quiero creer esto, me parece demasiada fantasía y mucho menos teniendo en cuenta la aparición de los príncipes en la gala de BAFTA, en actitud muy cómplice y Kate divina con un Mcqueen renovado, dándole una palmadita en el trasero en plan juguetón a su esposo.

Sería muy triste que una pareja de la que somos fans se nos cayese por culpa de una «pérfida» amiga y una herencia genética de infidelidad en la familia Windsor. Solo tiene una explicación, si Kate tuviese otro «amante bandido», porque ya saben lo que dice Shakira... «las mujeres no lloran, las mujeres facturan». En este caso sería... «mantienen su status».