Opinión
Los sábados de Lomana: Sevilla, dividida por su cartel de Semana Santa: ¿homofobia?
"Causa inquietud porque no muestra lo que estás acostumbrado a ver o a escuchar"
Vaya semana de polémica. Empezamos con el cartel de la Semana Santa sevillana cuyo autor es Salustiano, pintor andaluz poco conocido en su tierra. Su obra está en colecciones particulares en América y es muy apreciada. Recuerda a la pintura holandesa del siglo XVII, especialmente retratos como La chica de la perla, de Vermeer. El fondo de sus cuadros suele ser rojo y su pintura bellísima, etérea, de piel muy blanca casi transparente. Tengo que reconocer que toda innovación en el arte o en la vida cuesta en la mayoría de los casos ser aceptada. Estamos hablando de Sevilla, ciudad tremendamente tradicional y que por nada desea cambiar lo establecido. Ahí empieza esta gran discusión. La ciudad, dividida. Los que están en contra no les interesa la belleza de la obra, solo desean un Cristo doliente, sangrante, pero fuerte; una Virgen llorando destrozada... Quieren sufrimiento y dolor.
Ha descolocado ver un hombre joven, bello, con las suaves facciones de la pureza y la luz de un cuerpo resucitado, triunfante ante la muerte. Es la transfiguración del Señor que asciende a los Cielos, un espíritu que ha vencido al dolor y la muerte. Eso precisamente, eso, es lo más importante y el fin de la muerte del hijo de Dios hecho hombre que viene a redimirnos del pecado original y a guiarnos con sus enseñanzas durante su periodo de predicación por tierras de Galilea. Insisto en que la obra que aparece en el cartel de la Pascua sevillana no representa sino a un Cristo resucitado que ha superado el dolor causado por su Pasión. Es La paz, la majestad y la bondad después de la muerte.
Lo verdaderamente terrible de toda esta polémica, en mi opinión, es la falta de respeto y la homofobia que ha suscitado en personas que defienden, por un lado, lo que para ellos es Jesucristo y el cristianismo, arremetiendo contra la obra por afeminada y otras muchas barbaridades que he leído y escuchado estos días. La polémica está servida.
El paño que cubre la desnudez de Jesús, esta inspirado en la figura del Cachorro, uno de los Cristos más queridos en Sevilla que cruza el puente de Triana con el paño al viento y una gran majestuosidad. Su bella cara y cuerpo dicen estar inspirada en un torero mítico. El fin de una obra magistral es no dejar indiferente al que la contempla. Causa inquietud porque no muestra lo que estás acostumbrado a ver o a escuchar.
En el caso de la música, cuando se estrenó La Traviata en el Teatro de La Fenice en Venecia escandalizó. Fue un fracaso para Verdi hasta el punto de «patearla». Ahora su brindis por la vida es una de las piezas más bellas y conocidas de la lírica.
Dejemos que este cartel repose, y estoy segura de que será un antes y un después y la ciudad de Sevilla seguirá brillando y siendo un referente en arte y belleza, como siempre lo ha sido.
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