
Entrevista
Sandra García-Sanjuán, creadora de Starlite, el poder de la tenacidad
Más de 360.000 personas bañan la Costa del Sol en cada edición gracias a su proyecto, un potente festival lifestyle, que convoca a estrellas musicales nacionales e internacionales

En un rincón privilegiado de Marbella, la cantera de Nagüeles, donde la música se funde con el lujo, la gastronomía y la solidaridad, nació hace más de una década una de las citas culturales más influyentes del verano europeo: el Festival Starlite Occident. Al frente, una mujer tinerfeña con visión, energía y una profunda vocación transformadora: Sandra García-Sanjuán, fundadora y presidenta del grupo Starlite.
Su propósito inicial fue altruista, una gala benéfica con Antonio Banderas como impulsor, pero su alcance ha trascendido todas las expectativas. Hoy, Starlite es mucho más que un festival: es un fenómeno cultural, turístico y económico. Apodada por algunos como el «huracán Sandra», su impacto no se mide solo en emociones. Según un estudio de PwC, la edición de 2022 generó un impacto socioeconómico de más de 315 millones de euros, atrayendo a 362.000 asistentes de 95 nacionalidades y movilizando la economía local como ningún otro evento cultural. Restaurantes llenos, hoteles con tarifas al alza de hasta un 30%, y una desestacionalización real del turismo en la Costa del Sol son solo algunos de los efectos de esta fórmula única que mezcla glamour, cultura y propósito social.
¿Cómo nace la reciente colaboración con Rosauro Varo para hacer un beach club Starlite?
Rosauro y yo somos amigos desde hace muchos años, de la época de solteros, incluso hemos veraneado juntos. Esta colaboración fue algo natural. Él apuesta firmemente por la Costa del Sol y por un turismo de calidad, así que crear un beach club de Starlite con él tiene todo el sentido. Estamos vendiendo una experiencia gobal.
El estudio de PwC cifra el impacto del festival en 315 millones de euros. La pasada edición fueron más de 350.000 personas ¿Cómo se llega a eso?
Porque ya no es solo un festival, es una referencia del verano. La gente organiza sus vacaciones en función del calendario de Starlite Occident. Estamos hablando de tres meses de actividad cultural y económica intensiva. Incluso en 2026 queremos conectar el futuro beach club con lanzaderas a Starlite para cerrar el círculo. Es una experiencia 360 inovidable para quien la vive.
¿Cómo ha evolucionado la fórmula del festival en 14 años?
Por ensayo y error. Antes los artistas fuertes iban solo en fin de semana, pero vimos que el público respondía igual entre semana. Hoy hay grandes voces en lunes o miércoles. Tanto influimos que un hotel cambió su estrategia de contratación al ver este patrón. Hay conciertos que disparan hasta un 30% los precios hoteleros.
¿Cuál es su gran motor?
Un equipo de gladiadores, más de mil personas que reman a una. Este no es un negocio frío. Compartimos valores con cada proveedor, cada camarero. Hay una energía especial. Cada noche buscamos el «wow», que el público olvide todo lo malo y se lleve fuerza para su semana.
¿Cómo lidian con las excentricidades de los artistas?
Tenemos 14 años de historia y eso se nota. Los artistas hablan entre ellos, vienen recomendados, saben que aquí todo funciona. Will Smith vino, le encantó y quiso actuar. Luis Miguel, también. Es algo íntimo, con 3.500 personas. Hay quienes llenan estadios y buscan precisamente eso: la conexión cercana.
¿A qué artistas le debe mucho?
Raphael, sin duda. Está desde el principio. También Miguel Poveda, David Bisbal, muchos, y por supuesto el gran Antonio Banderas, que fue el origen de todo esto con la gala benéfica. La motivación fue siempre ayudar, no montar una empresa.

¿La dimensión espiritual está muy presente en Starlite?
Muchísimo. Incluso el nombre de nuestra empresa es Bendeus S.L., «bendecido por Dios». Buscamos energías positivas. La cantera de Marbella tiene algo único, es nuestra «flagship». También estamos en Madrid, pero lo que se vive aquí es inigualable.
¿Qué papel tiene Ignacio Maluquer, su marido?
Ignacio es mi mitad. Es ingeniero, muy estratégico, ahora está en México con Cox Energy, que compró Abengoa. Él lleva lo macro, yo el detalle. Compartimos pasión. He aprendido de Ignacio a ver los errores como oportunidades. En la vida hay que ser coherente.
¿Qué otros festivales observa como referencia?
Esto no es un festival, es una experiencia global. Si tuviera que compararme, diría que somos como una F1 o un Open de Tenis. Quizás Tomorrowland, que es mucho más masivo, pero por su magia, nos toca en el espíritu.
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