Batalla legal

Smokey Robinson contraataca: demanda por 500 millones a sus antiguas empleadas

El icono de Motown responde con una demanda por difamación tras ser acusado de agresión sexual por cuatro exempleadas

Smokey Robinson
Smokey Robinson Gtres

La batalla legal entre Smokey Robinson y cuatro de sus antiguas empleadas ha subido de tono. El legendario cantante de soul ha presentado una demanda por 500 millones de dólares contra las mujeres que lo acusaron recientemente de agresión sexual. Robinson y su esposa, Frances, alegan que las acusaciones forman parte de un "plan extorsionador" y que buscan arruinar su reputación y su legado.

Según los documentos legales presentados por la pareja, las denunciantes -que usaron seudónimos y desempeñaron funciones como amas de llaves, asistente personal y cocinera- habrían trabajado durante años con los Robinson, incluso compartiendo vacaciones y eventos personales. En su versión, lo que hay detrás de las acusaciones es una combinación de resentimiento, intereses económicos y deseos de venganza.

Pero las mujeres cuentan una historia radicalmente distinta. En su demanda original, presentada este mismo mes, acusan al cantante de haberlas agredido sexualmente en repetidas ocasiones desde 2006 hasta 2024, en propiedades del artista ubicadas en Chatsworth, Bell Canyon y Las Vegas. Describen al músico como un "depredador en serie" que aprovechaba la ausencia de su esposa para actuar.

Entre los detalles más escabrosos, afirman que Robinson utilizaba ciertas habitaciones específicas -como el llamado "dormitorio azul"- y que antes de las agresiones colocaba una toalla para no ensuciar las sábanas. También denuncian que las agredía en zonas sin cámaras, como el lavadero o el garaje.

Además de las acusaciones sexuales, las mujeres señalan condiciones laborales abusivas: jornadas de más de 10 horas, seis días a la semana, sin pago de horas extra ni festivos. También acusan a Frances Robinson de comentarios étnicamente despectivos y de ser consciente del comportamiento de su marido.

El abogado de las demandantes subraya que sus clientas, todas mujeres hispanas con bajos ingresos, no denunciaron antes por miedo a perder sus trabajos y, en algunos casos, su estatus migratorio. Reclaman 42 millones de dólares en daños y un juicio con jurado.

Mientras tanto, Robinson se enfrenta a una investigación penal en Los Ángeles. Aunque niega todas las acusaciones, ha dicho que espera que "la verdad salga a la luz". Sus abogados piden desestimar el caso y retirar el anonimato de las denunciantes. La industria, mientras tanto, observa en silencio a una de sus leyendas en el ojo del huracán.