Final feliz
Tamara Falcó e Íñigo Onieva, dos años después: así fue su reconciliación en Nochevieja en casa de Isabel Preysler
La pareja celebra este peculiar aniversario en la Riviera Maya ¿Volverá él a dejarse tentar por el metaverso?
Qué cosa será que la vida de Tamara Falcó nos vuelve codiciosos de finales felices. Tiene la singular habilidad de hacer de lo cotidiano una cadena de acontecimientos. El motivo puede ser su marido, Íñigo Onieva, que se resiste a que pongamos a su historia aquello de "fueron felices y comieron perdices…" Al joven no le faltan propósitos de seriedad, pero parece que la cabra siempre acaba tirando al monte. Tardaremos en borrar de nuestra memoria aquella Nochevieja, de la que ahora se cumplen dos años, en la que el marido de la marquesa de Griñón se acercó cual corderito degollado a la imponente mansión de Puerta de Hierro donde le esperaba Isabel Preysler. Sonriente, pero con una mirada desafiante.
La ocasión no invitaba a la calma. A punto de fijar fecha para la boda, se destapó una cornamenta del tamaño del mayor de los bovinos que la buen de Tamara redujo a un nanosegundo en el metaverso. Con la inestimable ayuda de la fe, un retiro espiritual y poniendo su amor por testigo, la marquesa de Griñón le concedió su perdón. Como si de una penitencia se tratase, antes el infiel tuvo que asistir con ella a la tradicional misa del gallo de la Nochebuena de 2022.
Pero la reconciliación definitiva tenía que pasar por su suegra, Isabel Preysler, poco dada a perderse en los idealismos de la hija o a conmoverse ante las buenas intenciones de su futuro yerno. Aun así, el 31 de diciembre, le abrió las puertas de su casa en Puerta de Hierro adonde se había dirigido en moto y, de mejor o peor gana, vivió en primera persona la reconciliación. Lo que ocurrió allí tuvo que ser muy emocionante porque pocos días después, precisamente el Día de Reyes, Onieva reaparecía con una amplia sonrisa, satisfecho del regalo que algún rey mago tuvo a bien dejarle en el zapato.
La pareja retomó su compromiso de matrimonio y olvidó el dolor. Después del perdón, quisieron afianzar su amor pasando por el altar. Han pasao dos años y Tamara e Íñigo se quieren de verdad, insisten en su entorno ante las sospechas de aquellos que siguen emperrados en los rumores. Onieva parece que tiene claro que sería un error volver sobre sus pasos, dar explicaciones o justificarse de esto o de lo otro. Ajenos a todo, han decidido viajar estas fechas a la Riviera Maya, un lugar idílico para celebrar el segundo aniversario del perdón. Sol, playa, gastronomía exótica, baños y relax.
El último detox antes de arrancar 2024, ha dicho Onieva, que ejerce como nadie de marqués consorte. ¿Se instalará para siempre en las puertas del paraíso o volverá a dejarse tentar por un instante en el metaverso?
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