Tamara Falcó muestra el detalle favorito de su boda con fotos inéditas

Si se hizo eterna la luna de miel de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, pues se tiraron semanas y semanas recorriendo mundo y paseando su matrimonio, parece que su boda no se queda atrás. El enlace tuvo lugar el pasado 8 de julio con 400 invitados de testigos, pero aún saboreamos lo que se vivió aquel importante día para la marquesa de Griñón y su esposo, que han vuelto a abrir el álbum privado de su boda para mostrar unas imágenes que hasta el día de hoy no habían visto la luz. Fotografías que nos hacen comprender el amor con el que llegaron al altar y, por supuesto, lo bien que se lo pasaron en su gran celebración.

Tres meses después de jurarse amor eterno e intercambiar alianzas, Tamara Falcó aún se siente en una nube de felicidad. Eso se traduce también en que sea incapaz de dejar de presumir de marido en sus redes sociales, así como del instante en el que selló su compromiso y pronunció el esperado ‘sí, quiero’. Si hace unos días mostraba el menú completo con el que había agasajado a sus familiares y amigos, hoy retoma su Instagram con una nueva colección de fotografías para el recuerdo, donde se ven todavía más detalles de su boda.

“Para mí el momento más importante de la celebración era la ceremonia”, reconoce la propia Tamara Falcó a sus seguidores. Por eso, quiere mostrar todo lo que rodeó a la misa en sí, como la decoración floral que adornaba cada espacio de la finca El Rincón –herencia de su padre-, así como el altar en el que pronunciaron sus votos. Un banco en tono beige de corte clásico, que reposaba junto a dos sillas de estilo Luis XIV fueron suficientes para que ellos se sintieran bendeciditos por Dios y preparados para unirse en matrimonio.

“Sabía por la experiencia de mis hermanos lo difícil que era encontrar un reclinatorio estético. Por ello, diseñé un boceto y lo llevaron a cabo los artesanos desde Granada. Estoy muy agradecida por su trabajo artesanal, hecho en España y creado con tanto cariño”, destaca ahora la marquesa de Griñón, que no quiere que los detalles importantes de su enlace caigan en el olvido o no tengan la relevancia que se merecen. Y es que lo que muchos podrían ver como un mero altar, para Tamara Falcó encierra mucho significado, además del esfuerzo que hay detrás de su diseño y elaboración.