Un gran legado

El tesoro en la Toscana de Raffaella Carrá a la venta después de casi tres años de su muerte

Situada en el Monte Argentario, en Grosseto, y con un valor de mercado de dos millones de euros

Raffaella Carrà en 2011
Raffaella Carrà en 2011Virginia FarnetiAgencia AP

Casi tres años desde que el mundo despidiera a la cantautora y actrizRaffaella Carrà y no son pocos aquellos que recuerdan a una de las italianas más polifacéticas. Su legado ha sido muy marcado por su simpatía y talento, pero también por auténticas joyas que disfrutó en vida. Un testamento millonario que ahora ha sacado a relucir su refugio en la Toscana, más concretamente en la localidad de Monte Argentario. Han sido los medios italianos los que daban a conocer que la villa en la que Raffaella pasó los mejores y más felices años de su vida se ha puesto a la venta.

Una oportunidad perfecta para los amantes de la Toscana que puedan permitirse este pequeño tesoro con vistas a la isla del Giglio. La propiedad se ha promocionado a través del portal Lionard Luxury Real Estate y tiene un precio fijado en dos millones de euros. Según ha dado a conocer “La Nazione”, la villa cuenta con un extensos jardines y campos de viñas, olivos y lavanda. Además, cuenta con su propio helipuerto y picaderos para los caballos.

En cuanto a la villa principal de tres plantas, fue obra del diseñador Giò Pomodoro. Con más de 700 metros cuadrados el propio diseñador desarrolló en ella la idea de crear una caja óptico-escultora, para formar un juego entre luces y sombras. La agencia explica esta vivienda como “única”. Una construcción en piedra local y con muros gruesos que aportan “una sensación de bienestar y seguridad”.

Este espacio está distribuido entre siete habitaciones, cada una con sus respectivos baños, una sala de relajación, un acogedor salón con chimenea y una cocina con despensa. Sin embargo, la propiedad también esconde otras estancias que le dan un toque único, como sus dos bodegas de estilo toscano, el gimnasio o las espectaculares terrazas de la villa principal.

La visita no termina aquí, pues a esta primera construcción hay que sumarle una segunda villa para invitados o el servicio. Esta se compone de dos plantas con un salón con chimenea, tres baños y tres habitaciones que se reparten en 200 metros cuadrados.