Todo listo para la boda de Ana Cristina Portillo que reunirá en Jerez a Alejandra, Eugenia y Claudia Osborne

Comienza la cuenta atrás para una de las bodas más esperadas del año. Tras siete años de relación, Ana Cristina Portillo se dará el “sí, quiero” el próximo sábado 28 de septiembre con Santiago Camacho en Jerez de la Frontera, unas nupcias que reunirán a lo más granado de la jet andaluza. La novia es hija de la recordada Sandra Domecq y el empresario Fernando Portillo; mientras que él, un niño bien sevillano que se formó en Ingeniería Industrial, proviene de una familia anónima que a partir de ahora deberá acostumbrarse a los focos y los objetivos de los paparazzi.

De hecho, está previsto que el día de la boda todo el foco se dirija hacia Jerez de la Frontera. La ceremonia religiosa tendrá lugar en la majestuosa catedral de la ciudad y allí estarán las tres hermanas de la novia, Alejandra, Eugenia y Claudia Osborne. También está prevista la asistencia de Bertín Osborne, que siempre vio a Ana Cristina como una hija más tras el fallecimiento de Sandra Domecq. De hecho, su relación con Fernando Portillo es muy estrecha y todos han demostrado ser una suerte de “modern family” de lo más unida.

Después de leer sus votos y darse el “sí, quiero”, los novios y los invitados se trasladarán al recinto en el que tendrá lugar la fiesta. Se trata de la finca Santiago, propiedad de los abuelos de la novia, Beltrán Domecq González y Ana Cristina Williams, o sea, los padres de Sandra Domecq.

El espacio albergó también las celebraciones de las bodas de Alejandra, Eugenia y Claudia Osborne, por lo que tiene un significado muy especial para ellas. Allí pasaron algunos de los mejores momentos de sus vidas junto a su madre y al resto de la familia. Sandra Domecq estará presente de alguna forma en la boda de su cuarta hija, acompañando a todos con su recuerdo en un día tan importante.

Su trabajo como diseñadora

Ana Cristina Portillo se gana la vida con una tienda online en la que vende desde ropa y complementos hasta productos para el hogar, como cojines o telas enmarcadas para colgar a modo de decoración.

“Desde niña aprendí a prestar atención a los detalles del mundo que me rodeaba. Mi madre, en sus paseos, me ensañaba a ver una misma cosa desde perspectivas distintas. Una nube con forma de dragón, la corteza de un árbol en forma de conejo, una hoja con forma de mariposa… Lo que para mí era un juego, se convirtió en una forma diferente de ver el mundo”, explica desde su sitio web.