
Al límite
Tragedia en las alturas: muere la influencer Juliana Marins tras caer en un volcán en Indonesia
Con solo 26 años, la joven brasileña perdió la vida durante una expedición al monte Rinjani. Su historia, marcada por la pasión por la naturaleza y la aventura, conmociona a miles de seguidores en todo el mundo

Era conocida por sus paisajes soñados, su espíritu libre y su inagotable sed de aventura. Pero el último viaje de Juliana Marins, influencer brasileña de 26 años, terminó en tragedia. El pasado 21 de junio, durante una expedición al monte Rinjani -un imponente volcán activo de 3.726 metros en la isla indonesia de Lombok-, la joven cayó por un desfiladero de aproximadamente 600 metros. Su muerte ha sido confirmada por su familia y por las autoridades indonesias, que no lograron localizar su cuerpo hasta varios días después, gracias al uso de drones térmicos.
Juliana había emprendido la subida junto a un guía local y un grupo de cinco excursionistas extranjeros. Según informa CNN, que cita a fuentes de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia, el accidente ocurrió durante el ascenso, en una zona especialmente escarpada. "No se encontraron signos de vida", declaró Mohammad Syafii, jefe del organismo, en un comunicado que heló a la comunidad digital.
La noticia fue confirmada oficialmente la noche del martes 24 de junio por su familia, a través de las redes sociales. "Con gran tristeza, les informamos que no sobrevivió", escribieron, con un mensaje que destilaba el dolor de una pérdida que ha conmocionado a sus más de 300.000 seguidores.
Juliana Marins no era solo una cara bonita en Instagram. Era una defensora del ecoturismo, una apasionada del senderismo extremo y una narradora visual que encontraba belleza en lo inhóspito. Su estilo de vida nómada la llevó por los rincones más remotos del planeta, desde las cumbres andinas hasta las selvas asiáticas. Su perfil era una ventana a paisajes impresionantes, pero también una invitación constante a reconectar con la naturaleza.
Su trágico final pone en evidencia los riesgos que a menudo se esconden detrás del glamour digital. Juliana vivía al límite, y aunque su historia se apaga demasiado pronto, deja tras de sí un legado de inspiración, valentía y amor por la Tierra. Una luz que, aunque breve, brilló con intensidad.
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