Boda
Tres vestidos y luna de miel en Asia: todos los detalles de la boda de Cristina Serrano y Luis Astolfi Jr.
Se casan el próximo 4 de julio y la novia comparte con LA RAZÓN algunos de los detalles de su gran día, desde la firma de su vestido hasta los tratamientos a los que se somete para estar radiante
Lo más granado de la sociedad marbellí -y patria- tiene una cita ineludible el próximo 4 de julio. Luis Astolfi Jr., el hijo del conocido y homónimo jinete, contraerá matrimonio con Cristina Serrano, una farmacéutica y experta en Marketing que ha irrumpido con fuerza en la escena mediática. A solo un mes de su gran día, tan elegante como emocionada, recibe a LA RAZÓN en el atelier de Helena Mareque, la diseñadora en la que ha confiado para vestirse de novia. Cuando llegó a su estudio el pasado septiembre, había decidido que apostaría por otra firma, pero una voz en su interior le decía que debía llamar a la puerta de la modista gallega.
“Te voy a contar un secreto, yo iba a hacerme el vestido en otro sitio, pero algo me dijo que tenía que venir aquí, y después de la primera visita supe que quería que lo hiciera ella. Desde entonces he tenido plena confianza en ella, hasta el punto de que a veces ni siquiera sé lo que está haciendo”, comenta Cristina, que tiene claro que el día de su boda “quiero sentirme yo, no quiero ir disfrazada ni con un estilo que no me corresponda. Es muy difícil llegar a un sitio y que sin conocerte te hagan un vestido que refleje tu personalidad”.
Tres vestidos para su gran día
Por su parte, con el carácter que le caracteriza y que se ha convertido en marca de la casa, Mareque asegura que no le valen referencias de otras piezas ni acepta lluvias de propuestas. Prefiere conocer a la novia de una forma más íntima para dar vida a su vestido: “Intento entrar en ese mundo mágico de lo que veo, lo que intuyo, lo que me susurra. Cojo el hilo de toda esa historia y empiezo a construir”.
Por supuesto, los detalles del diseño permanecerán en secreto hasta el 4 de julio, aunque la novia sí adelanta que lucirá tres vestidos de la firma: uno en la preboda, otro durante la ceremonia y el último para la fiesta , que tendrá lugar en el cortijo de Pedro Jiménez, a 15 kilómetros de Marbella. “En el diseño hay un poco de riesgo dentro de un control, porque yo tampoco soy de innovar mucho. Como decía antes, no me quiero ver disfrazada o con algo que dentro de veinte años no me guste porque no se lleve. Hemos innovado dentro de lo que es mi estilo y con algo con lo que yo siempre me voy a sentir cómoda, pero no soy una mujer clásica al 100 %. No va a ser el típico vestido de novia”, desliza a este diario.
Cristina Serrano, una novia radiante
La misma máxima regirá en lo que respecta al peinado y el maquillaje, que tendrán el sello de Natalia de la Vega, fundadora de Tacha y amiga de Cristina. Mientras que durante la ceremonia se aplicará un maquillaje más sencillo y discreto, en la fiesta posterior se arriesgará con algo más llamativo: “Por la noche siempre se sube un poco con el maquillaje, porque eso ya es una fiesta con mayúsculas”.
Tacha es la casa en la que Serrano también ha confiado para preparar su piel de cara a su gran día, inclinándose especialmente por los tratamientos de hidratación. Su última visita al centro tendrá lugar una semana antes de la boda, y a partir de ese momento su única misión será relajarse, puesto que “el estrés también afecta al aspecto de la piel”.
En este sentido, Cristina Serrano se confiesa leal consumidora de Optimum, el nutricosmético exclusivo de Hifas da Terra, empresa de la que ella forma parte: “Hacemos productos que funcionan y que nos ayudan de forma natural. Optimun no solo trabaja para mejorar la calidad de la piel, sino también a nivel digestivo, inmunitario y hormonal”.
Una boda mediática
Se espera que las nupcias reúnan en Marbella a cerca de 260 invitados, aunque Serrano recalca que todavía faltan varios nombres por confirmar. En el aire queda la presencia de la Infanta Elena, íntima amiga del padre del novio y de la familia Astolfi en general, una cuestión sobre la que la novia prefiere no pronunciarse.
Es consciente de la repercusión mediática que alcanzará su boda con Luis Astolfi Jr., pero afronta con calma y resignación la exposición que conlleva formar parte de una de las sagas más conocidas del país. Eso sí, la farmacéutica reconoce que siente mucha más presión para que todo salga bien, a sabiendas de que miles de ojos estarán puestos en su enlace: “Me afecta porque no hay margen de error. Nada puede salir mal. Por ejemplo, con las flores, que no parezca que hay pocas. Siempre me asalta la duda de ‘¿y si se puede hacer mejor?’. Es más presión que la habitual que tiene otra novia”.
Por fortuna, ha aprendido a delegar. Confía plenamente en su equipo de “wedding planners”, quienes se ocupan de la mayor parte de los preparativos mientras ella trabaja, aunque dentro de poco se tomará unos días para centrarse únicamente en la boda: “Mientras estoy trabajando yo no puedo estar pensando en cosas como las cestas con detalles que habrá en los baños para los invitados, pero dentro de poco sí me tomaré un descanso para centrarme más en la boda, porque si no mi madre me mata”.
Admite entre risas que no cuenta con mucha ayuda de parte del novio, que confía plenamente en las elecciones de su futura mejor: “La verdad es que no. A él le parece todo maravilloso y estupendo. Confía plenamente en mí. Hay gente que no opina y luego se queja, pero en su caso no. A él le parece todo genial y lo agradece todo con su mejor sonrisa. Por lo menos tengo esa suerte”.
El verdadero descanso para ella vendrá después de la boda, cuando disfrute junto a su marido de una exótica luna de miel por Asia: “Iremos a Indonesia, Singapur, varias partes de Bali y a la isla de Sumba”.