
Vacaciones familiares
La última foto de Kiko Rivera e Irene Rosales: el recuerdo familiar antes de la ruptura
Hace apenas quince días posaban juntos en Menorca junto a sus hijos. Ahora, tras once años de relación, anuncian una separación inesperada que nadie vio venir

A veces las historias de amor se apagan en silencio, sin grandes gestos ni señales visibles. Así ha ocurrido con Kiko Rivera (41) e Irene Rosales (34), que hace solo unas semanas compartían con sus seguidores imágenes de unas vacaciones idílicas en Menorca. Allí, acompañados por sus tres hijos -Francisco, fruto de la relación de Kiko con Jessica Bueno, y las pequeñas Ana y Carlota-, además de parte de la familia de Irene, parecían disfrutar de un verano sin sombras.
El DJ lo resumía en un texto que ahora adquiere tintes melancólicos: "Cerramos estos días en Menorca con el corazón lleno. La isla nos ha regalado paisajes de postal, atardeceres que se quedan grabados y esa calma que solo se siente aquí. Pero lo mejor de todo no ha sido el lugar… ha sido el tiempo en familia. Estos días han sido un regalo que me guardo para siempre". Palabras que no hacían presagiar el giro que daría su vida personal tan solo días después.
De videoclip a historia de amor
La relación entre Kiko e Irene comenzó en 2014 de manera casi anecdótica: él la invitó a participar en el videoclip de "Así soy yo", pero aquella primera cita profesional nunca llegó a celebrarse porque el DJ se quedó dormido. El destino, sin embargo, quiso que de esa anécdota naciera una amistad que pronto se transformó en amor. Dos años después, el 7 de octubre de 2016, se daban el "sí, quiero" en una boda multitudinaria en Sevilla, con Isabel Pantoja como testigo emocionada.

Durante más de una década compartieron vida, hijos y complicidades, sorteando huracanes mediáticos y tensiones familiares. Irene se convirtió en el gran pilar de Kiko, el "salvavidas" que, en palabras de él mismo, le ayudó en los momentos más oscuros.
La última vez que se les vio juntos en público fue el 1 de junio, durante la Primera Comunión de su hija Ana, celebrada en Castilleja de la Cuesta. Poco después, el 15 de junio, Kiko dedicaba a su mujer una de las declaraciones más emotivas de su vida: "Eres mi compañera, mi hogar, mi fuerza… Tú fuiste mi salvavidas cuando todo me pesaba demasiado. Gracias por existir, por ser tú, por quedarte".
En redes, Irene aparecía radiante este verano, incluso posando en bikini con la alianza todavía en su dedo. Solo en los últimos días se la ha visto sin el anillo, un detalle que ahora cobra otro sentido.
Un final inesperado
La separación, confirmada por "Semana", ha sido amistosa y sin terceras personas. Pese al final, el núcleo familiar que han creado seguirá siendo su mayor vínculo. Ana y Carlota, sus dos hijas, son el lazo eterno que mantendrá unida a la pareja que, hasta hace apenas quince días, parecía indestructible.
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