Alma gallega
Vaiche Boa, el rinconcito de Richard Gere y Alejandra Silva, mientras buscan finca
Oleiros es uno de los «Must Have» del matrimonio, ya sea para la familia o para estar con Marta Ortega
En pleno corazón de Oleiros, rodeado de eucaliptos y con el murmullo del Atlántico de fondo, se encuentra Vaiche Boa, un restaurante con alma gallega y raíces profundas en la vida cotidiana del lugar. No es un sitio de moda ni busca serlo, pero para quienes lo conocen –como la familia de Alejandra Silva, que lo frecuenta desde siempre– es mucho más que un restaurante. Es un punto de encuentro, un refugio, casi una extensión del hogar.
Tal vez por eso, cada vez que Alejandra regresa a Galicia, Vaiche Boa está entre sus primeras paradas. Y ahora también lo es para Richard Gere, su marido, que ha encontrado en este rincón discreto y acogedor algo que va más allá de lo gastronómico: una forma de estar en el mundo más tranquila, más humana.
Hace apenas unas semanas, el matrimonio fue visto compartiendo mesa con Marta Ortega, presidenta de Inditex y amiga personal de Alejandra. El ambiente, como siempre en Vaiche Boa, fue cercano y sencillo. Hablaron de familia, de futuro, de la tierra. Y entre zamburiñas, arroz caldoso y la ya mítica tarta de queso del local, se respiraba complicidad.
Entorno sereno y familiar
Desde hace meses, Richard y Alejandra están buscando una casa en la zona. No buscan lujos, sino un lugar donde establecerse, pasar temporadas largas, criar a sus hijos en un entorno sereno y cercano a la familia de ella, que aún conserva vínculos muy activos con Oleiros. Quieren algo sencillo: una casa con vistas al verde, donde la ría se escuche al amanecer y el tiempo tenga otro ritmo. También está la idea del pazo, una opción que ha elegido Marta Ortega, que tiene en el pazo de Aián, dentro del municipio de Cambre, su refugio familiar, y que tiene una preciosa casa de invitados donde los Gere son bienvenidos. La sintonía entre las dos familias es tal (no hay que olvidar que tienen niños de edades similares) que los Gere visitaron las instalaciones de Arteixo, el pasado tres de abril, en una visita guiada por Carlos Torretta y la propia Marta, que muchos trabajadores inmortalizaron con sus teléfonos móviles.
Para Richard, que ha recorrido medio mundo y ha conocido la fama más ruidosa, Galicia le ha ofrecido justo lo contrario: una intimidad respetuosa, un silencio lleno de significado. En Vaiche Boa, rodeado de vecinos que no miran con morbo, sino con naturalidad, se siente en paz.
Y así, entre sobremesas largas, paseos junto al mar y visitas familiares, Galicia se está convirtiendo poco a poco en su lugar en el mundo. No como turistas, sino como parte de esa comunidad discreta y acogedora que tan bien representa este restaurante de siempre.