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El viudo de la duquesa de Alba, Alfonso Díez, cuenta cómo fue la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan
"Se comió fenomenal, pero lo de bailar es para otros...", bromea sobre cómo lo pasó en el enlace

Este fin de semana, Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan sellaron su unión con una ceremonia cargada de simbolismo en Sevilla. La pareja, tras casi una década de relación, se dio el “sí, quiero” en el santuario de Los Gitanos, un lugar íntimamente vinculado a la memoria familiar de la Casa de Alba, pues allí reposan las cenizas de la duquesa de Alba.
La novia lució un vestido de Navascués con homenajes a Sevilla y a su nueva familia, mientras que el novio se vistió con el tradicional uniforme de maestrante, en una ceremonia que combinó solemnidad y emoción.
Después de la boda religiosa, los festejos continuaron en la finca Las Arroyuelas, ubicada en Carmona, donde más de 300 invitados disfrutaron de un banquete elegante y una celebración que incluyó música, discursos y momentos emotivos.
La noche se alargó hasta altas horas, con Bárbara brillando en la pista de baile y los invitados entregados al ambiente festivo que coronó un día que será inolvidable para los novios y sus allegados.
Entre los asistentes se encontraba Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba y padrastro del novio. Tras el fallecimiento de doña Cayetana, su marido siguió vinculado a la familia y manteniendo una relación estrecha, sobre todo con Cayetano Martínez de Irujo. De hecho, nunca falta a los homenajes que el duque de Arjona organiza en recuerdo a su madre en el aniversario de su muerte.

De vuelta en Madrid desde la Capital Hispalense, Díez ha revelado algunos detalles sobre cómo fue la boda, destacando lo “estupendo” que lo pasó. “Todo lo que les diga es poco”, asegura a los reporteros de la agencia Europa Press.
Además, ha asegurado que la duquesa de Alba estuvo muy presente a lo largo de toda la jornada, tanto en la ceremonia religiosa como en la celebración. Una fiesta en la que Díez disfrutó del menú servido, aunque no tanto de la música. No porque no le gustara, sino porque lo de bailar no parece ir con él: “Se comió fenomenal, lo de bailar ya es para otros”.
Díez destaca lo importante de celebrar estos momentos con la familia, amigos y demás seres queridos, sobre todo en un momento en el que las noticias del mundo no invitan al optimismo: “Fue muy bien, estando con gente que quieres, estás bien. Encima es una cosa buena. Y está muy bien esto, que es bueno, porque con las cosas que están pasando malas, se agradece”.
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