
Recuperación
La vuelta al trabajo de Borja Sémper, tras su verano más difícil
El portavoz del PP retoma el trabajo después de anunciar su cáncer, arropado por su familia, sus compañeros de partido y una renovada conciencia de lo verdaderamente importante

Borja Semper ha vuelto. Dos meses después de anunciar públicamente que padece cáncer, el portavoz del PP reapareció en el arranque del curso político junto a Alberto Núñez Feijóo y sus compañeros de formación. "Un comienzo de curso especial", escribió en sus redes sociales, acompañando sus palabras con imágenes en las que se le veía sonriente, abrazando a colegas de partido y reencontrándose con los periodistas con los que convivía cada lunes en Génova.
El tono de sus mensajes destila algo más que simple rutina política. Tras lo que él mismo definió como "uno de los veranos más complicados", Sémper parece haber
regresado con un nuevo enfoque: el de quien ha tocado la fragilidad de cerca y ha decidido, con serenidad, poner la vida en perspectiva. "Cuando parece que nada importa, cuando todo parece relativo, centrarnos en lo importante es cada vez más necesario", reflexionó.
El político vasco, de 49 años, anunció el pasado 14 de julio que un chequeo rutinario había detectado un tumor cancerígeno en una fase incipiente. Consciente del impacto de la noticia, se mostró franco con la prensa: "Mi esfuerzo va a estar dedicado a curarme", dijo entonces, explicando que reduciría su actividad política durante el exigente tratamiento. La sinceridad con la que comunicó su diagnóstico sorprendió por su claridad y humanidad, marcando un contraste con el hermetismo con el que muchos políticos abordan su vida personal.
Durante el verano, Sémper encontró refugio en Cádiz, junto a su mujer, la actriz Bárbara Goenaga, y sus cuatro hijos: Pablo (19), Aran (14), Telmo (8) y Eliot (6). Días de playa, confidencias y juegos en familia que se convirtieron en bálsamo tras la sacudida emocional. "Saber que cada momento de la vida es un regalo" es ahora el lema de Bárbara, quien no se ha separado de su marido en este trance. Ella, junto a sus hijos, ha sido el gran sostén de un Sémper que, entre paseos marítimos y momentos sencillos, ha recuperado fuerzas para afrontar el otoño.
El propio político relató cómo han gestionado la noticia en casa: “Tenemos dos sectores: el mayor, de 14 y 19 años, que como también han vivido en la familia la enfermedad son conscientes de lo que hay; y el infantil, de 6 y 8, al que intentamos preservar en la medida de lo posible. Sin mentirles, pero: "Papá está enfermo, papá se va a cortar el pelo, y vamos a ver si funciona". Una declaración cargada de ternura y sentido común, que muestra su manera de combinar transparencia y protección en un momento tan delicado.
Hoy, las perspectivas médicas son "razonables" y, aunque reconoce que "no está siendo fácil", Sémper insiste en su convicción: "Saldremos adelante". Y lo hace con la calma de quien ya no mide su vida en titulares ni en escaños, sino en abrazos, en conversaciones pendientes y en la certeza de que el tiempo -ese bien tan escaso en la política- se vuelve aún más valioso cuando está en juego la salud.
Su regreso al trabajo no es solo un gesto político: es también una declaración íntima de resiliencia. Un recordatorio de que, incluso en el Congreso y en medio de la vorágine partidista, hay momentos en los que lo esencial es lo que late más cerca: la vida, la familia, el coraje de seguir adelante.
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