"Wow": el día en que Louis Vuitton convirtió Barcelona en París

El director creativo de la firma francesa, conocida por su famoso monograma LV plasmado en los bolsos de las «celebrities» internacionales y en las maletas de los viajeros más sibaritas, deleitó a más de 600 asistentes -entre ellas Ana de Armas o Jennifer Connelly- que se reunieron al atardecer en el parque Güell de la Ciudad Condal para disfrutar de sus propuestas sartoriales para «Cruise 2025». Las denominadas «Cruise» o Crucero en español, son colecciones fuera del calendario tradicional, que se presentan en los meses de mayo y junio. Cada vez más mediáticas por sus localizaciones sorprendentes, transportan a famosos y a clientes VIP a todos los rincones del planeta, ya que las marcas tienen la libertad de salirse del marco impuesto por las ciudades de la moda por excelencia: Nueva York-París-Milán, donde desfilan las colecciones de primavera-verano, otoño-invierno y alta costura.

Como su nombre indica, suelen ser propuestas principalmente para «ir de crucero», léase para el calor y el buen tiempo. Curiosamente, nacieron de una necesidad vital que detectaron las firmas de lujo en algunos de sus consumidores más pudientes. Esas clientas que tenían como capricho estrenar bikini en pleno noviembre en sus escapadas a cualquier playa del hemisferio sur (cuando en su país de origen solo tenían disponible a la venta en las boutiques ropa de abrigo). Si muchos utilizan el término VIP (Very Important Person), en el «retail» de moda de lujo se estila más el acrónimo VIC (Very Important Client), para ser más correctos.

Así, los VIPs tienen la suerte de optar a ver los diseños de Crucero fuera del circuito de siempre y viajar a lugares emblemáticos que respiran la inspiración de la colección en cuestión. Entre las firmas con más factor «wow» en cuanto a sus desfiles, Louis Vuitton encabeza la lista, sin duda porque el espíritu del viaje y el afán por descubrir localizaciones extraordinarias y sorprendentes va intrínseco en el ADN de la «Maison». En los últimos años han hecho desfilar a sus modelos sobre el puente del museo Miho de Leo Ming Pei, en las afueras de Kioto; en la emblemática residencia del actor norteamericano Bob Hope en Palm Springs, California, y en el TWA Flight Center en el aeropuerto de JFK de Nueva York; asimismo, el año pasado hicieron un «take over» de Isola Bella en el lago Maggiore, Italia (propiedad de la conocida familia italiana Borromeo).

Con Gaudí

Que hayan elegido el parque Güell, una de las obras más destacadas de Gaudí, todo un referente del modernismo catalán, no extraña a los conocedores de la marca. Y es que la historia de amor entre Louis Vuitton y Barcelona data del principio del siglo XX, cuando Georges Vuitton se entusiasmó con la obra del arquitecto artesano Antoni Gaudí. Además, Vuitton participó activamente en la gran Exposición Universal de Barcelona en 1929, que conjugaba industria, arte e innovación. Allí, como miembro del jurado, Gaston-Louis Vuitton fue galardonado por sus neceseres de belleza.

Fue también en la capital catalana donde abrieron su primera tienda en España, en 1987. Actualmente cuentan con dos boutiques en Barcelona y seis talleres en Cataluña que emplean a más de 1.800 personas. «Es un placer colaborar con Barcelona, una ciudad que como Vuitton cuenta con un arraigado patrimonio y una extraordinaria pasión por la creatividad. El desfile de Crucero, que encapsula la visión de Nicolas Ghesquière, director creativo de las Colecciones de Mujer, así como la próxima Louis Vuitton Cup y la 37 Louis Vuitton America’s Cup serán el epítome de una larga relación entre Louis Vuitton y la ciudad», afirma Pietro Beccari, presidente y CEO de Louis Vuitton.

La colaboración entre Barcelona y la firma no hace nada más que empezar. A la colección Crucero le sigue la celebración de la LV Cup de vela y la 37 edición de la America’s Cup con un programa que incluirá múltiples eventos. ¡Bienvenido sea Louis Vuitton a Barcelona!