José Mercé: «Casillas es el mejor portero del mundo y de la Historia»

Uno de nuestros más grandes e innovadores cantaores, de gira todo el verano, presenta el viernes en Madrid su último trabajo: «Mi única llave». Será en el Auditorio Nacional, en la Sala Sinfónica, después de ser considerado como nuestro mejor emisario y recibir el pasado noviembre el Premio Embajador de Andalucía. No se puede ser más artista, ni más gitano, ni más flamenco.

–Para un buen disco, nada como acompañarse de los mejores. ¡No se quejará de guitarras!

–He tenido la suerte de contar con la de Pepe Habichuela, Diego del Morao, Manuel Parrilla, Tomatito. Creo que son los mejores guitarras para acompañar el cante flamenco.

–También hay colaboraciones con Eric Truffaz (trompeta), Alain Mallet (piano) y Layth Al-Rubaye (violín)... ¿Un puente con otros sonidos sin dejar la esencia gitana?

–Pues sí. No deja de ser un disco muy flamenco pero también abierto, gracias a que el productor, Javier Limón, consiguió que ellos sumasen fuerzas a este trabajo.

–Alejandro Sanz aporta una bulería, para el martinete se desplazaron a Boston, la zambra Salvaora se grabó en una iglesia masónica del XIX... ¡No se puede ser más cosmopolita!

–¿A que no? (Risas) Es todo lo rompedor y globalizador que se le puede pedir a un disco.

–Y el 4 de octubre se presenta en el Auditorio... ¿Otra pica en Flandes,tras aquella mítica actuación en el Teatro Real?

–Siempre andamos con esas cosas de ser el primer gitano y flamenco, cuando debería parecernos algo normal. Es una de las culturas más grandes que tenemos y buena «marca de España». Esos espacios que pretendidamente sirven para la música de culto, no pueden dejar pasar esta música.

–Con cantaores como usted, cada vez es más natural, porque trascienden al flamenco...

–Cuando llegué al Royal Albert Hall, donde no había estado nunca un flamenco, la gente se puso en pie.

–En «Mi única llave» explica que «sigue llamando de puerta en puerta pero no abre nadie»...

–Al flamenco le cuesta todo el doble, por eso tenemos que seguir llamando a las puertas hasta que poquito a poco nos abra alguien...

–Con esa llave, ¿quizá le gustaría abrir otros cerrojos, como los de las empresas para que hubiera menos paro?

–¡Por supuesto! Y menos desahucios y menos tristeza. España, poquito a poco, tiene que ir levantando la cabeza y abrir todos los cerrojos.

– Cuando un político va a verle a un concierto... ¿le obvia o se «las tira» por lo bajini?

–Mira, yo soy del Real Madrid, y pienso como un ganador... ¡Pienso en grande!

–Morente fusionó el flamenco, pero usted no le va a la zaga ...

–Si no haces un flamenco abierto, apaga y vámonos. De ahí que yo grabe blues, martinetes, temas de Alejandro Sanz, Aute, Amstrong, Víctor Jara.

–Pero... ¿y los puristas, qué?

–A estas alturas de mi carrera si pienso en ellos no haría nada. Hago lo que me gusta y lo que les gusta a quienes me siguen. Al crítico lo respeto, pero no siempre están en posesión de la verdad. Como el blues o cualquier música de raíz, el flamenco debe innovar.

–Y como la justicia, ¿es para todos... o hay orejas y corazones que se le resisten?

–Como debe ser y como era el cine de un rombo: «Para todos los públicos». Familiar.

–¿Mejor sentado o de pie? Porque Morente me decía que recuperó la silla de anea, para tener el wiskito más cerca.

–Los flamencos cantamos sentados, dependiendo del palo. No entendería una seguidilla o una malagueña de pie...Y el wisquito, se puede tomar uno para cantar a gusto, pero es mejor después.

–En Japón hay más cátedras de flamenco que aquí, ¿habrá futuros Mercé nipones?

–(Risas) No sé. Mira, en el 74 allí, en el camerino con unos amigos japoneses, les dije: «Voy a hacer la soleá de Juan Talega». Cuando acabé me dijeron: «Así no es».¡Casi sabían más que yo!

–Si tuviese que componer una canción para Merkel, ¿qué le saldría?

–(Risas) Le diría que nos deje vivir un poco y no tire tanto «p´Alemania»... Si se portara bien, lo haría por bulerías y si no, le dedicaría un cante más duro, más serio.

–¿Una canción para la clase política,?

–Que se estén quietecitos, que dejen de llevárselo crudo y que se comporten.

–¿Dos «boss» juntos?

–¡Uno solo! Yo me considero un alumno de Springteen. Sé que tiene todos mis discos y le encanta el flamenco. Cuando vino, hacía mucho calor en Sevilla y se quedó en San Sebastián en lugar de pasar una semana con mi familia. Pero sé que surgirá.

-Llegamos donde quería: madridista hasta la médula... ¿Contento o expectante con Ancelotti?

–Contento. Tenemos un equipo con mucho futuro. Vamos a tener el mejor «once» de Europa y del mundo.

–¿Recuperará Casillas la titularidad o le obligarán a vestir otros colores?

–Espero que se quede en el Madrid por el bien del club y del fútbol español porque es el mejor portero del mundo... Y de la historia.

–Canastero es un gitano de pata negra... ¿Se considera canastero?

–Bueno. Soy gitano fetén, pero no sé si canastero. ¡Vengo de una familia pura! ¡De una dinastía en la que era imposible hacerse arquitecto!

–José.... écheme un cantecito para que lo oigan nuestros lectores...

–Te canto lo que quieras contra el desaliento! Los lectores saben valorar el flamenco... Hablen menos de ella: No conozco a la «prima» esa de riesgo, ni es de mi familia.

Los entrevistados hablan de La Razón

«¡Claro que os leo! A veces en papel y a veces en internet. Además tenéis muy buenos expertos en música que siempre tratan muy bien el flamenco, con mucho tino, y en particular, seguís mis andanzas. Por tanto, felicidades por este 15 aniversario y quiero deciros que vuestra aportación a esta música de raíz es muy importante».