Se impone el silencio
Kate Middleton, el hermetismo de la futura reina
Ante la falta de información, suenan todo tipo de teorías, incluso la de un trastorno de salud mental. Pero todo son conjeturas
Continúa el hermetismo en torno a Kate Middleton. El Palacio de Buckingham sorprendía al mundo el pasado 17 de enero con un parte sobre el estado de salud tanto del rey Carlos III como de la princesa de Gales. Sin embargo, mientras que sobre el monarca se daban todo tipo de detalles (intervención «correctiva» para tratar su agrandamiento de próstata), con la mujer del príncipe Guillermo solo se matizaba que había pasado por una cirugía abdominal planificada. Se recalcó que no era cáncer. Pero el hecho de que vaya a estar de baja, como mínimo, hasta después de Semana Santa revela que no se trata de un asunto en absoluto menor.
A diferencia de la época de acoso a la Familia Real por parte de los tabloides, en esta ocasión, los medios británicos han optado por no hacer guardia ante The London Clinic «por respeto a la intimidad de la princesa y el resto de enfermos ingresados». Las sentencias históricas contra los tabloides condenando el pinchazo de los teléfonos móviles de los royals para obtener información parece que han tenido su efecto y ahora se guardan más las distancias.
Pero eso no quiere decir que no se hable del tema. Ante la falta de información, suenan todo tipo de teorías. Angela Levin, biógrafa de la reina Camila, ha llegado incluso a plantear que Kate, de 42 años, padece un problema de salud mental. Pero todo son conjeturas. La única información que parece verídica es la ofrecida por «The Sun», que asegura que el príncipe Guillermo ha visitado a su esposa todos los días en el hospital de Marylebone. El heredero al trono también ha cancelado toda su agenda. Por primera vez, la pareja ha priorizado la familia ante sus obligaciones con la Corona.
Su mayor preocupación es que sus tres hijos, George, Carlota y Louis, puedan mantener sus rutina. Todo indica que los niños no han visitado a su madre en el hospital, pero, según los medios, mantienen contacto periódico con ella a través de las llamadas de teléfono y pasan ahora mucho tiempo con sus abuelos maternos, Carole y Michael Middleton.
Al vivir en Bucklebury, Berkshire, a unos 40 minutos en coche de la casa familiar de los Gales en Windsor, se ha visto a la madre de Kate recoger a los niños para ayudar con las tareas a la nanny. Por su parte, Pippa, hermana de Kate, que también cuenta con tres hijos, ha invitado a los pequeños a su casa para que puedan jugar con sus primos.
Pese a que sigue el mutismo respecto a su estado de salud, sí se han ido filtrando detalles sobre cómo Kate pasa su día a día en el exclusivo hospital que, durante décadas, ha sido el centro de referencia de la Familia Real. Su ilustre lista de pacientes anteriores incluye al príncipe Felipe, la princesa Margarita, la estrella de Hollywood Elizabeth Taylor y el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.
Según los medios, Kate está de buen ánimo y pasa mucho tiempo leyendo los «cientos de cartas y tarjetas» que ha recibido de distintas partes de todo el mundo, en las que la gente le envía los mejores deseos. Una vez dada de alta, se espera que la princesa de Gales se recupere en su casa en Windsor. Es probable que se le aconseje que permanezca en recuperación durante dos o tres meses. Su regreso a sus funciones oficiales dependerá del consejo médico a partir de la evolución de su salud. La idea es que vuelva a la vida pública con todas las garantías, gracias a la atención especializada que recibe en el centro The London Clinic.
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