Moda
El gusto... ¿es suyo?
Juan Abelló, empresario
Se podría decir, sin temor a equivocarse, que Juan Abelló forma parte de ese sector de los empresarios españoles que carece de estilo. Para entendernos: no es fácil encontrar a alguien con su nivel económico y su círculo social en el que la estética llame tanto la atención por su escaso éxito. Abelló no demuestra prestarle demasiada atención a su forma de vestir. O, lo que podría ser peor: le presta atención y yerra de todas, todas.
-Tomar medidas
Largos de pantalón por el tobillo, ancho de pierna XL, americanas que cierra con botones y cuyas solapas se abren, tejidos que se arrugan después de cada reunión... absoluta escasez de armonía. Resulta curioso que este empresario conocido por su colección de arte y al que le apasiona la belleza no recurra a profesionales para hacerse sus trajes a medida.
-Por dentro y por fuera
No está mal hacer un poco de exhibicionismo de poder de vez en cuando. ¿Cómo? Sin duda, con la forma de vestir. Y en el caso de Juan Abelló, su importancia y relevancia profesional no concuerdan con su «look».
-Su estilo
Con un físico rotundo como el suyo, sería deseable cuidar cada una de las prendas que lleva. Y si a esto se suma que su rostro no puede evitar un permanente gesto de orgullo y satisfacción, el conjunto puede ser un poco desagradable. En su favor diremos que acierta con la elección de sus corbatas, sobre todo,cuando las escoge en tonos azul Klein, que rejuvenecen su rostro.
-Mi consejo
Sin duda, acudir a un sastre. Soy consciente de que a la hora de vestir traje, alguien de su edad y posición no suele optar por variar colores o siluetas. Pero en sus «looks» más ociosos y relajados sí tiene bastante que mejorar. Fundamental: los pantalones rectos, las camisas de cualquier color menos negra y los mocasines.
Orgulloso y cabezota; por Valvanuz Sánchez de Amoraga
Juan Abelló es un hombre que demuestra una fuerte personalidad. Su tórax expansivo y sus hombros hacia atrás nos revelan a una persona con una gran autoestima y seguridad en sí mismo. Su paso firme y rápido refleja a un hombre fuerte, con carácter, y la barbilla ligeramente ascendente delata a una persona orgullosa, a la que le cuesta cambiar de opinión o ceder en una negociación.
Es muy inteligente y no le agrada la exposición a los medios, se siente incómodo. Posee una mirada desafiante y muy directa. No duda lo más mínimo en mantenerla más de tres segundos.
Cuando se siente nervioso o incómodo tiende a tensionar la musculatura de los labios, como si intentase retener sus palabras. Sabe qué y cómo comunicar porque domina la parte derecha de su rostro, demostrando ser una persona cerebral y muy poco impulsiva. Piensa antes de actuar y no se deja llevar por las emociones.
Manchas de la piel delatoras; por Marta Boira
La flacidez de los tejidos se hace bastante patente en su rostro, sobre todo en el tercio inferior, marcando así el rictus o «líneas de marioneta» y acentuando en su caso la papada, con descolgamiento pronunciado de los tejidos que desdibujan su óvalo. Las manchas delatan no sólo los años cumplidos, sino también los excesos cometidos, como del sol. Existen diferentes alternativas para la eliminación de manchas, que van desde los peelings con diferentes ácidos, más o menos intensos, hasta el láser, la crioterapia o la electrocoagulación para las zonas más localizadas y profundas.
Tiene una alopecia androgenética universal, por lo que su problema capilar no se solucionaría con autoinjertos, ya que no hay zona poblada en la nuca para llevarlos a cabo. Tampoco funcionarían las terapias para estimular los folículos, pues son irrecuperables. La única solución es un tratamiento al que están recurriendo muchos famosos: la micropigmentación capilar. «Es una técnica que se realiza sobre la región alopécica, una suerte de tatuaje que simula los folículos con el puntito del pelo saliente. Se consigue un efecto similar a como si el cliente se hubiera cortado el pelo al uno», explica la doctora Barba (www.doctorabarba.com).
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