Casas reales
El siglo de las reinas
Tras el desliz de Kate Middleton al revelar el sexo de su bebé, ya se hacen apuestas sobre cómo será la futura heredera: podría llamarse Diana e ir a estudiar a Nortland Place
Al Palacio de Kensington han comenzado a llegar estos días canastas de color rosa. El apartamento 1º A está siendo reformado y todo indica que en verano se convertirá en el nuevo hogar de los duques de Cambridge y su hija. Buckingham no ha publicado ningún comunicado oficial, pero los británicos ya tienen asumido que la joven pareja espera para el mes de julio una princesa. El lapsus de Kate agradeciendo a una mujer un regalo para su «d...» («daughter» en inglés, es hija) ha dado la vuelta al mundo. La mujer del príncipe Guillermo se mordió la lengua y no terminó la frase, pero la Prensa se ha vuelto loca analizando la palabra con «d» que tenía la futura mamá en la cabeza. Las posibles respuestas abarcan desde «dog» (perro), «darling son» (querido hijo) o, en tono jocoso, «delinquent husband» (el delincuente de mi marido). El rotativo «The Telegraph» se inclina por la mascota del matrimonio, un cocker negro llamado Lupo. El periódico asegura que a Kate le dio tanto apuro revelar que el peluche –destinado al bebé– se lo iba a dar al perro que prefirió no terminar la palabra. «No pudo revelar el sexo del bebé porque la pareja ha decidido no saberlo hasta el momento del parto», destaca. LA RAZÓN se puso en contacto con Clarence House, pero el portavoz no quiso ni desmentir ni confirmar la noticia asegurando que se trataba de «asuntos personales».
Sea como fuere, en el Reino Unido cunde ya la histeria «baby-girl» y en las calles se comenta incluso hasta cuál será la posible peluquera que cortará el pelo a la niña que un día se convertirá en reina. Los nervios ante el parto también se han trasladado a la familia Middleton. Es más, los tabloides aseguran que la pequeña convertirá a Carole, la madre de Kate, en la abuela más influyente del país. No en vano, ella ya ha criado a dos hijas guapas, listas y con poder. Kate se ha casado con el heredero al trono y Pippa sale con un rico banquero llamado James. Por lo que tiene más experiencia en el mundo femenino que el abuelo paterno, el príncipe Carlos, que ensaya ya la faceta con los nietos de su mujer, Camilla Parker. Es tal la relación que tiene Guillermo con su familia política que algunos medios barajan la posibilidad de que se les pueda dar algún título. Es más, en las casas de apuestas hay mucho dinero en juego porque Carole sea uno de los nombres que podría llevar la futura heredera. Como principal, gana el de Elizabeth, en honor a la reina, aunque luego se le podría añadir Carole, Diana o Frances, el nombre compuesto de Lady Di. En cuestión de juguetes, la pequeña también tendrá dónde elegir. Los duques de Cambridge no son muy amantes de los lujos, pero la casa real cuenta con pequeños tesoros que forman parte de la herencia. Uno de ellos es la excepcional casa de muñecas de Reina María, un mini palacio de Windsor diseñado por el arquitecto Sir Edwin Lutyens. Por otra parte, están France o Marianne, las muñecas que los franceses regalaron a la reina Isabel y a la princesa Margarita en 1938, acompañadas por un ajuar de 360 piezas que incluían carteras de Louis Vuitton, bolsos de Hermès y la joyería Cartier. Para verano, nada mejor que «The Little House»,una cabaña con techo de paja que la soberana tiene en el castillo de Windsor, hasta donde se desplaza prácticamente todos los fines de semana. Guillermo y Kate irán a visitarla con frecuencia, aunque, en la medida de lo posible, querrán disfrutar al máximo de su recién estrenada vivienda.
Guardería «deluxe»
Su nueva casa está situada en el centro de Londres y rodeada de exclusivas guarderías con tarifas aptas sólo para los bolsillos más pudientes. Aunque en la zona hay varios colegios de niñas muy reputados, los que conocen a Kate saben que prefiere para sus hijos una educación con clases mixtas, por lo que Norland Place, situado en Holland Park Avenue, será la primera opción. La vestimenta de la futura reina también da de qué hablar y aseguran que la tienda de la Princesa Marie-Chantal de Grecia, donde se diseñan los vestidos más exclusivos de Londres, será clave.
En cuestión de peluquería, el nombre que más suena es el de Amanda Tucker. La estilista cortaba a Guillermo y Enrique el pelo cuando eran pequeños y acompañó a Kate durante su gira asiática. En definitiva, todo está listo para la llegada de la princesa, pero no será hasta verano cuando los británicos sepan si la palabra con «d» que tenía Kate en la cabeza era realmente «daughter».
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