Caso Marta del Castillo

En la arena del circo mediático

La Razón
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«Más cornadas da el hambre», decía un matador en los años 70. Como el desgarro que le ha producido a Ortega Cano la noche del 28 de mayo del 2011, en la que chocó frontalmente con Carlos Parra. Sé de buena tinta que hubiese preferido ser el fallecido. Se enteró semanas más tarde cuando su familia se encargó de decírselo ente tubos, goteros, puntos y electrodos. «No podía llorar, sus lagrimales se habían secado. Estaba deshidratado de cuerpo y alma», me relató su apoderado y amigo. El diestro reconoció tener o haber tenido problemas con el alcohol. Yo lo confirmé durante el flamenquito que se formó en la carpa del fondo en la boda de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera. Le vi beber, bailar y cogerme por las solapas tras fotografiar la fiesta por petición de Eugenia. La escena fue tensa para todos menos para los anfitriones. Vivía Rocío Jurado. El maestro ya tiene sentencia, pero reconozcan que el juicio mediático que se ha celebrado en paralelo ha sido brutal. Ortega Cano no se dio a la fuga, tampoco podía, tenía carné de conducir y el seguro en regla, no como otros. No ha esquivado a Vitorinos ni Mihuras y siempre ha dicho que acatará la decisión que tome la Judicatura. Está preparado hasta para cumplir su pena. A mí no se me olvidarán nunca los quites mano a mano con César Rincón durante un legendario San Isidro en la Plaza de las Ventas de Madrid. Recuerdo al hombre, al torero, al mismo que con la cabeza bien alta y la mirada triste se ha sentado ahora en el banquillo. La Fiscalía de Seguridad Vial de Sevilla va a recurrir la sentencia con la finalidad de que la Audiencia de Sevilla dé por válida la prueba de alcoholemia. Ortega Cano tiene también una familia que sufre, que casi le pierde esa trágica noche. Una familia que asiste a diario impotente a su linchamiento mediático por boca de quienes seguro han conducido alguna vez con una copa de más. «Nadie está preparado para ingresar en prisión. Pero si tiene ir,irá. José aceptará todo lo que le venga... Todo esto lo hemos hablado ya en familia», dijo su hermana María tras conocer la sentencia.