Barcelona

Eva González y Jordi Cruz: una relación a fuego lento

Compañeros del programa «MasterChef» aseguran que la conexión entre la presentadora y el cocinero es más que evidente

Eva González y Jordi Cruz, en uno de los posados del «talent show» de cocina
Eva González y Jordi Cruz, en uno de los posados del «talent show» de cocinalarazon

O tal se intuye desde este verano, cuando al concluir la temporada de «Master Chef», se vio a Eva González embalada en la fiesta final del programa. Tonteó con uno de sus compañeros de jurado y, los supuestamente enterados, apuntan a que Jordi Cruz podría reemplazar al «sex symbol» Cayetano Rivera en su corazón tras casi cinco años emparejados. Se conocieron poco tiempo después de que ellla rompiese su relación con Íker Casillas –hoy, más que realizado junto a Sara Carbonero, con quien espera la llegada de su primer hijo–. El portero del Real Madrid y la periodista deportiva hablan el mismo idioma, algo que no ocurría con una Eva obsesionada por los celos y el ansia, tal vez necesidad, de recibir el «sí quiero» ante el altar o el juez. A pesar de que ella siempre negó su fijación casamentera, su entorno sevillano, especialmente sus compañeros de «Se llama copla», el programa que presenta en Canal Sur y que retomó en su quinta temporada después de lograr un acuerdo económico que le negaban, aseguraban lo contrario.

Me cuentan que hubo una pelea con Cayetano, cerca de La Latina, al ver que el torero hablaba con una morena vistosa, algo que desquició a la ex Miss España, a la que conocí cuando fue elegida en Marina d'Or ante la «top» Naomi Campbell. Por aquel entonces tenía un novio sevillano que estudiaba para guardia municipal: «Estamos muy enamorados y vamos a casarnos cuando acabe la carrera», me confesó en una de sus primeras entrevistas. «Lo dudo, Eva. Vuestra relación durará tres meses tras conseguir el título», le pronostiqué entonces. Y no me equivoqué, como algunos tampoco lo hicieron ante esta ruptura cantada entre ella y el hijo de Paquirri y Carmina Ordóñez. Ella ha vuelto a su piso, cerca de Pachá, y no como hacía antes que, tras grabar la tonadilla, regresaba a Madrid para convivir con el matador, que últimamente andaba con desorientaciones, acaso motivadas por la intraquilidad sentimental. Dudaba en volver a los ruedos, algo que parece descartado. En la boda valenciana de Porcelanosa se desahogó con el maestro Curro Romero, quien le aconsejó tranquilidad: «Si lo haces, ve despacio, que los toros están muy mal, con Europa en contra, con los empresarios recortando, y las plazas cerrando. Si acaso por afición, haz alguna cosa en Ronda o Jerez», recomendó el de Camas, que es todo un filósofo. Parecían felices, pero en el bodón valenciano, casi pasarela fallera, encabezado por Isabel Preysler y sus niñas, chocó que Cayetano pasease solo por la alfombra roja que se instaló en la iglesia arciprestal de Villarreal. Entonces quiso excusar a su novia diciendo que la guapa tenía rodaje, algo que extrañó porque suele hacerlo los fines de semana. Su ausencia despertó recelos, como la rotundidad, luego enmendada, de que los de la copla le deben –o debían– a Eva casi 80.000 euros, al igual que a su compañero Hilario López-Millán, tan experto en folklóricas, al que todavía adeudan 30.000.

Tras la muerte reciente de su padre, Eva cayó en una comprensible depresión contra la que Cayetano se vio incapaz. Aunque estuvo a su lado, amparándola y dándole ánimos, la fórmula no funcionó, y no tomarán las uvas juntos. Cayetano se ha convertido en soltero irreductible tras su decepción conyugal con Blanca Romero. Le dejó heridas aún abiertas. Se casó muy joven y, aunque seguro, realizado y madurado, piensa que debe dar un giro a su vida. Por eso dejó los toros, a los que llegó ya talludito, pero pasmando con su estilo tan puro y andaluz. Su tía Belén Ordóñez fue la primera en contarme entusiasmada las posibilidades que tenía técnicamente tan superiores a las de su hermano Francisco Rivera, más corto de arte y hasta de talla. Quizá Jordi Cruz sirva para esta operación de recambio. O, tal es el runrún incesante, puede acabar convertido en un nuevo menú al que meter el diente.

La presentadora decidió dejar a Cayetano cuando murió su padre

Apesar de los múltiples rumores que se han desatado tras la noticia de la separación del torero y la presentadora, si hay un factor que todos coinciden al señalar como determinantes es, sin duda, el fallecimiento del padre de Eva, Manuel González. Además del impacto emocional que le produjo perder a su progenitor de forma inesperada a causa de un ictus, la conductora de «MasterChef» podría haberse replanteado su proyecto vital tras el trágico acontecimiento. En Mairena del Alcor, el pueblo sevillano en el que nació la modelo, muchos sostienen que el empeño de Eva por dar el «sí, quiero» –algo que, por cierto, ella siempre negó ante los medios– no se debía tanto a un deseo personal como a su afán de satisfacer uno de los sueños de su padre. Al parecer, Eva quería pasar por la vicaría con Cayetano para que sus progenitores pudiesen verla encarrilada en una relación estable. Todo parecía que sería más sencillo cuando Cayetano consiguió la nulidad de Blanca Romero el pasado febrero, pero el torero nunca se decidió a dar el paso definitivo y consolidar su relación con la ex Miss España. De hecho, es la crítica habitual que le hacen desde su entorno más cercano: le cuesta tomar la iniciativa y para muchos se ha quedado atrapado en una pertinaz inmadurez. El fallecimiento del padre de Eva frustró los deseos casamenteros de la presentadora y, sin un plan de futuro en común, encarrilados en sus propios caminos, los sentimientos hacia Cayetano no fueron lo suficientemente fuertes como para pensar que, al menos de momento, merece la pena seguir anclados en una relación sin rumbo concreto. El dulce momento profesional que atraviesa podría haberle dado la seguridad que necesitaba para tomar una decisión trascendental como la de llevarse sus cosas de la casa del matador, con el que convivía en Madrid. La llegada en solitario de Eva a recoger el Premio Ondas por el programa «MasterChef» confirmaba los peores presagios y el firme distanciamiento de la pareja. Mientras la modelo celebraba el galardón en Barcelona con sus compañeros del «talent show» –con los que mantiene una muy buena relación–, Cayetano decidía compartir la noche con sus hermanos, Fran y Julián, con los que se dejó ver paseando por las calles de Madrid. Fue precisamente su hermano pequeño el que quiso poner una nota de esperanza tras la ruptura asegurando que «no hay nada definitivo», recoge «Vanitatis».