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La extinción de una dinastía

La extinción de una dinastía
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En el mosaico de monarquías que hasta 1918 cubrían la mayoría del territorio europeo existían varios grandes ducados: Luxemburgo, Mecklemburgo-Strelitz, Mecklemburgo-Schwerin, Sajonia-Weimar-Eisenach, Oldenburgo, Baden y Hesse. Desde 1568 este último se dividió en cuatro landgraviatos, principados soberanos del Sacro Imperio Romano Germánico gobernados por landgraves: Hesse-Kassel, Hesse-Darmstadt, Hesse-Marburg y Hesse-Rheinfels. Los principales fueron los dos primeros. A partir de 1806 Hesse-Darmstadt se convirtió en gran ducado con el nombre de Hesse y del Rin desde 1816. Su capital era la ciudad alemana de Darmstadt. Hesse-Kassel, la rama mayor, se convirtió en electorado y calvinista mientras que Hesse-Darmstadt fue luterana. Los otros dos desaparecieron. Otras ramas se extinguieron en las de sus primos, como los Hesse-Philippsthal, rama de los Hesse-Kassel, incorporada a los Hesse-Philippsthal-Barchfeld, o los Hesse-Homburg, incorporados a los Hesse-Darmstadt, o fueron anexionadas a Prusia, como los mencionados Hesse-Philippsthal-Barchfeld.

El landgrave Luis X de Hesse-Darmstadt fue el primer gran duque de Hesse con el nombre de Luis I. Le sucedieron los grandes duques Luis II, Luis III, Luis IV y Ernesto Luis. Éste era hermano de la emperatriz Alejandra Feodorovna de Rusia, esposa de Nicolás II, de la gran duquesa Isabel Feodorovna, esposa del gran duque Sergio Alejandrovich de Rusia, y de Irene, casada con Enrique de Prusia. Sus enlaces con las más importantes casas reales dan fe de la relevancia del linaje. Por poner sólo algunos ejemplos de los Hesse-Darmstadt, Federica Luisa casó con Federico Guillermo II de Prusia, María Ana con el gran duque Federico Francisco II de Mecklemburgo-Schwerin, María con Alejandro II de Rusia, Luisa Augusta con el gran duque Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach, Luis II con Guillermina de Baden, Luis III con Matilde de Baviera, Luis IV con Alicia de la Gran Bretaña, hija de la reina Victoria. El landgrave Federico Carlos de Hesse-Kassel, casado con Margarita de Prusia –hermana del emperador Guillermo II de Alemania– , fue elegido el 9 de octubre de 1918 rey de Finlandia como Federico Carlos I, aunque abdicó el 14 de diciembre siguiente. De una rama morganática de la Casa de Hesse provienen los Battenberg. Alejandro de Hesse, hermano de Luis III, que casó desigualmente con Julia von Hauke, hecha primero condesa y luego princesa de Battenberg. Sus hijos fueron príncipes de Battenberg. Entre ellos, Enrique, casado con Beatriz de la Gran Bretaña e Irlanda, padres de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, por lo que la abuela de Don Juan Carlos es, por varonía, una Hesse.

Un matrimonio mal avenido

El último gran duque reinante, Ernesto Luis, «Ernie» en familia, fue muy querido por su pueblo. Su hermano Federico falleció a causa de la hemofilia y su hermana María de difteria poco después, lo mismo que su madre Alicia, que se había dedicado a cuidar a sus hijos enfermos. Era el año 1878. Su abuela, la reina Victoria, se ocupó desde entonces de los Hesse como una verdadera madre. Ernie estudió en las universidades de Leipzig y Giessen, fue ajeno al militarismo y gran mecenas para pintores, músicos, dramaturgos, actores y arquitectos, siendo un gran impulsor del «Jugendstil», el «Art Nouveau» alemán. Contrajo primeras nupcias, gracias a las artes de la reina Victoria, con Victoria Melita de la Gran Bretaña, «Ducky» en familia, hija del príncipe Alfredo, duque de Edimburgo y de Sajonia-Coburgo-Gotha, y de María Alejandrovna de Rusia. El matrimonio fue mal. Su divorcio escandalizó a Europa y Ducky acabó casando con el gran duque Cirilo Alejandrovich de Rusia. Ernesto Luis, que perdió el trono en 1918 como el resto de soberanos alemanes, pudo seguir viviendo en el Neues Palais. Falleció el 9 de octubre de 1937. El 16 de noviembre siguiente su viuda, Leonor zu Solms-Hohensolms-Lich, junto al hijo de Ernesto Luis, Jorge Donato, a su mujer Cecilia de Grecia y Dinamarca, embarazada, y a sus dos hijos varones Luis y Alejandro, viajaron a Londres para asistir a la boda de Luis, segundo hijo varón de Ernesto Luis, con Margaret Campbell Geddes, hija de Sir Auckland Campbell Geddes, ministro y embajador británico en los Estados Unidos. El avión se estrelló contra una chimenea cerca de Ostende. Nadie sobrevivió. Así, cuando en 1968 murió sin descendencia Luis, hermano del último gran duque heredero de Hesse e hijo de Ernesto Luis, la rama mayor y electoral, la de los príncipes electores del Imperio, los Hesse-Kassel, asumió la sucesión de toda la casa de Hesse.

Hace años mi amigo Giovanni Duvina me invitó a Florencia a la ceremonia de entrega, en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, del premio Florentiae Rubrum Lilium, otorgado a título póstumo a la reina Elena de Italia. Lo recibió en su nombre su nieta, la princesa Mafalda de Hesse. Así conocí a la primogénita de quien hasta su fallecimiento –el 23 de mayo de 2013– fue jefe de la casa, el landgrave Mauricio de Hesse, gran coleccionista de arte, casado con la princesa Tatiana de Sayn-Wittgenstein-Berleburg. Era hijo de Felipe de Hesse-Kassel y de Mafalda de Saboya, muerta en el campo de concentración de Buchenwald en 1944. Felipe se convirtió en jefe de la casa de Hesse. Hoy lo es Donato, economista, ocupado de su bodega Prinz von Hessen y del patrimonio de la casa, casado con la condesa Floria Faber-Castell, de los famosos fabricantes de lápices. Tienen tres hijos: Mauricio, Paulina y Augusto.