Nueva York

Los 50: la nueva edad dorada

Los 50: la nueva edad dorada
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Brad Pitt cumple 50 años el próximo 18 de diciembre. Como él, muchos hombres conservan su atractivo

Narciso murió hechizado por la atracción de su propia belleza; ellos lo harán llevándose los sueños de toda una generación al otro mundo. Venerados por su atractivo, ensalzados por su don para enamorar a miles a lo largo y ancho del globo y admirados por su inestimable capacidad de trabajo, los eternos «maduritos interesantes» han entrado en la cincuentena sin haber perdido ni un ápice de su «sex appeal» y aún muy alejados del camposanto. Y es que el medio siglo sienta estupendamente a personajes como Brad Pitt, el guapo entre los guapos. El actor más deseado de los últimos 30 años –y los que están por llegar– sopla 50 velas el próximo 18 de diciembre, pero su imagen de héroe griego permanece inmutable año tras año. Hay quien dice que, de hecho, cada mes que pasa gana en atractivo. Porque si era fácil que uno cayera rendido a sus pies en «Entrevista con el vampiro», «Leyendas de pasión» o «Seven», donde un todavía semi adolescente Pitt abrasaba con la intensidad de su mirada de ojos azules o la claridad de su siempre perfecta melena rubia, no menos fácil es que uno se derrita al contemplar su perfección en sus últimos trabajos. Ahí lo tenemos interpretando a un asesino de nazis –con un bigote de lo más sexy y un corte de pelo de lo más gamberro– en «Malditos bastardos», a un disciplinado pero amante esposo y padre en «El árbol de la vida» o a un audaz asesino a sueldo en «Mátalos suavemente». No hay papel que se le resista y no hay ni uno solo en el que sus grandes dotes interpretativas no salgan a la luz para maravillar al espectador tanto con su trabajo como con su inigualable belleza. Y todo esto mientras se entrega enamorado a una mujer también ensalzada por su actuación y su apariencia y cría, con amor y paciencia, a seis niños, tres de ellos adoptados. De hecho, se rumorea que Angelina Jolie le ha regalado por su cincuenta aniversario una isla con forma de corazón situada a 50 kilómetros de la costa de Nueva York y valorada en 15 millones de euros.

Capitán de la eterna juventud

El 9 de junio ocurría otro hecho histórico. Johnny Depp, el mítico actor, director, guionista y productor de algunas de las más suculentas cintas del cine americano, entraba también en el «club de los 50». Y lo hacía con el pie derecho. El que ha sido Eduardo Manostijeras y Willie Wonka pero también Jack Sparrow y John Dillinger se conserva espectacularmente bien con las cinco décadas cumplidas y más que superadas. Con un par de hijos y unas cuantas difíciles rupturas a sus espaldas –la última, su sonada separación de la también actriz Vanessa Paradis en junio de 2012–, muchos afirman que nunca habrá una sensualidad como la suya, con ese punto excéntrico y desarrapado que tanto atrae a ambos sexos.

En el panorama internacional los «cincuentañeros» (rebautizados así por su vitalidad y su fantástica planta) suscitan ganas de llegar a tan temida edad. En lo puramente intelectual destacan mentes brillantes como el gran ajedrecista Gary Kaspárov o el genio inimitable del cine Quentin Tarantino, además del director Steven Soderbergh; en la música, Eros Ramazzotti, gracias a su impecable aspecto, consigue, como Seal, el ex de Heidi Klum, que su edad pase desapercibida. En el deporte, nadie puede olvidarse del portugués José Mourinho o la estrella del baloncesto Michael Jordan, tan jóvenes y apuestos como el primer día. El «desesperado» James Denton, Dermot Mulroney o Jason Isaacs –Lucius Malfoy en la saga de «Harry Potter»– cierran el círculo de los atractivos cincuentones extranjeros.

En el panorama nacional, nuestros «maduritos» tampoco se quedan atrás. Sergio Dalma sigue robando corazones con su interesante atractivo y su voz rasgada, Micky Molina continúa cortando el aliento a pesar de haber dejado muy atrás sus camisetas de tirantes y Nacho Cano... En fin, siempre será Nacho Cano, a pesar de que cumplió los 50 el pasado febrero. Y en el universo futbolístico tenemos a dos señores de la «Quinta del Buitre»: el inspirador del grupo, Emilio Butragueño, y el siempre apuesto y elegante Míchel (José Miguel González).

Son ya cinco décadas de guapos y atractivos que han enamorado a tres generaciones. Esperemos que sigan robando corazones muchos años más.

El kit de los cincuentañeros; por Elisa García Faya

Llaman a la puerta de manera inexorable y van dejándose sentir a algunos pasos de distancia. Empujan a uno hacia el espejo, aunque oponga resistencia, y gritan con fuerza que ya estan aquí: son los cincuenta. Las primeras líneas de expresión aparecen al llegar los treinta, por eso muchos expertos recomiendan recurrir cuanto antes a los tratamientos faciales. La toxina butolínica o bótox para las arrugas de expresión, los rellenos con ácido hialurónico y los hilos tensores están arrasando en los últimos años. El doctor Ángel Martín, director de la Clínica Menorca, asegura que a partir de los cincuenta tanto hombres como mujeres se preocupan sobre todo por su rostro. Sin embargo, pese a su gran popularidad, la medicina estética debe ser sólo un añadido. Tal y como señala María Teresa Barahona, experta en medicina antienvejecimiento y dietista, «hay que llevar un estilo de vida saludable». Barahona sostiene que «cada vez nos cuidamos más», pero descarta la posibilidad de que la creciente preocupación por la apariencia física sea producto de una moda pasajera. Ángel Martín revela por su lado que en lo que se refiere a cirujía estética el 12,6 por ciento de los pacientes de la Clínica Menorca tienen más de 50 años y que de ese 12,6 por ciento un 11,6 son mujeres y sólo el resto son hombres. En cambio resulta sorprendente y significativo el hecho de que el 90 por ciento de los pacientes de la medicina antienvejecimiento tienen más de 50 años y, lo que resulta más chocante, del porcentaje total de clientes que solicitan estos tratamientos, un 80 por ciento son hombres. Los productos biomedicinales ayudan a combatir las huellas del tiempo, pero su consumo sólo se recomienda cuando existe una patología que impide la ingesta de determinados alimentos.