Moda

Novia a la fuga

Novia a la fuga
Novia a la fugalarazon

Ahora lo comprendo todo. Esta semana he entendido por qué mis amigas tiemblan, lloran e, incluso, sufren mareos (he sido testigo presencial) cuando se prueban, por primera vez, ese soñado vestido nupcial con el que darán el «sí, quiero». Primera aclaración: YO NO ME CASO. Sin embargo, por inquietud periodística, supongo, hace un par de días acepté un reto. Acudí con una amiga al atelier de mi mentor desde hace tantos años, Hannibal Laguna, en la C/ Jorge Juan, 35 de Madrid. Hannibal me aseguró que ya era hora de que, después de 20 años, me atreviera a verme vestida de novia, al menos sólo para la foto. En otras palabras, insistió en que no podía seguir haciéndome la fuerte y bromeando con mis amigas sobre sus románticas sensaciones.

Lo confieso. No me emocioné ni temblé, pero ¡tuve ganas de salir huyendo! Porque verse blanca y radiante, aunque sólo sea para la foto, no es cosa baladí. El vestido, precioso por cierto, corresponde a uno de los que Hannibal nos propone para la temporada que viene. Blanco, sin duda, el color que sigue triunfando, con cuerpo entallado y drapeado y cola a base de capas de tul. Ésta será una de las tendencias que, junto con la de inspiración en los años 50 a base de trajes con énfasis en la cintura y faldas con volumen, brillarán a partir de marzo de 2013.

Sin embargo, como si fuese el vestido de la novia –secreto mejor guardado–, Hanninal nos desvela otro (apto, además, para todas las mujeres que quieren sentirse guapas). Se trata de la cura de belleza «flash» Ultralift by Hannibal Laguna, en colaboración con los laboratorios ATTACHE, que permite conseguir un rostro resplandeciente en cuestión de segundos. Se vende en los mejores centros especializados y el pack de 3 cuesta tan sólo 27 euros.

Os invito a que lo probéis porque funciona y... lo del traje de novia, es decir, lo de ponerse en la tesitura por unos minutos de lo que podría ser una de las decisiones más importantes de una vida, también lo recomiendo. Ya lo dice Laguna: «Primero debemos vestir el alma y, después, el cuerpo».