Moda
Pili Carrera: «Máxima pagó todos los vestidos de sus hijas»
La moda española hizo su aparición en la investidura de los reyes de Holanda de la mano de la firma gallega Pili Carrera. LA RAZÓN habla en exclusiva con su directora, Pilar Rodríguez, que tomó el apellido de su marido al poner en marcha un negocio que cumple ahora 50 años.
–¿Cómo están viviendo estos momentos?
–Estamos muy emocionados. Que Máxima escogiera nuestros vestidos ha supuesto una inmensa alegría, pero también una sorpresa, porque no sabíamos que las pequeñas los lucirían en un día tan importante como el de la coronación. No podíamos creérnoslo, nos quedamos impactados. Estamos felices.
–¿Cuál fue su reacción al enterarse de que millones de personas estaban viendo sus diseños?
–¡Quedamos muy contentos! Para nosotros es un honor, y se trata casi de un hito histórico. ¿Quién no soñaría con algo así? Es publicidad que llega a todo el mundo.
–¿Cómo consiguió Máxima los vestidos para sus hijas?
–Nosotros siempre mandamos nuestros catálogos a todo el mundo, pero a mi hija Salomé se le ocurrió enviarlos a los por entonces príncipes de Orange. Máxima hizo el pedido de estos tres vestidos amarillos porque se había enamorado de ellos, y se los enviamos hace dos meses con unas chaquetas de manga corta y las diademas que lucieron el martes. Nos hizo muchísima ilusión que se hubiera fijado en nuestra firma.
–¿Fue un presente o pagaron por ellos?
–Nos pidieron el número de cuenta bancaria y nos realizaron una transferencia por el importe íntegro de las prendas.
–¿Le había hecho algún encargo con anterioridad?
–No, nunca. Pero quedó tan encantada que nos llamó a la fábrica. Casi nos da algo, pero fue absolutamente natural. Me habló como si me conociera de toda la vida, y me dijo: «Mis hijas nunca habían llevado unos vestidos tan bonitos». ¡La futura reina de Holanda se tomó la molestia de llamarme para darme las gracias por los vestidos! Es una mujer fantástica.
–Entonces le encantaron...
–Le gustaron tanto que nos pidió tres modelos más. Nos dijo que nuestra ropa era preciosa y que seguiría haciendo pedidos. No dejó de darnos las gracias.
–¿Han experimentado un aumento en las ventas desde entonces?
–Aún no nos ha dado tiempo, pero sí que ha acudido gente a nuestras tiendas buscando el modelo amarillo. El problema es que quedan pocos porque gustaron mucho. En Vigo ya no hay y en Santiago de Compostela y La Coruña quedan dos.
–¿Cómo les ha afectado la fama?
–No es algo que se construya de un día para otro, sino que hay que ganárselo. La fama viene por el trabajo y el saber hacer.
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