Sucesos
«Tenía la sensación de que sabían quién era yo»
LA RAZÓN consigue la declaración que realizó Camilo Sesto a la Guardia Civil tras el asalto en su domicilio. «Me tiraron al suelo, me maniataron y me pusieron sobre unas mantas», detalla
Durante toda la semana, Camilo Sesto ha sido el hombre más buscado del país. Todo el mundo quería saber cómo sucedió uno de los momentos más desagradables de su vida: el asalto y robo en su domicilio mientras dormía. El artista ha preferido guardar silencio, pero LA RAZÓN ha tenido acceso a su declaración prestada a la Guardia Civil tras el desgraciado suceso. Un relato digno de una película de terror aderezada de suspense e incógnitas.
Todo ocurrió en la madrugada del pasado sábado mientras se encontraba solo en su domicilio, durmiendo, ya que el cantante no vive acompañado, «aunque en alguna ocasión se queda algún amigo a dormir en casa», confiesa. «Eran alrededor de las tres y media de la mañana cuando escuché un ruido muy fuerte y de pronto me encontré a tres personas en mi dormitorio, encima de mí. Eran varones y los tres iban vestidos con ropa de camuflaje, típica de militar. Además llevaban guantes y pasamontañas, también de camuflaje, con orificios en los ojos y la boca», confiesa Sesto, quien confirma que era esa hora exactamente porque «justo enfrente de donde duermo tengo un reloj de gran dimensión». A partir de ese momento, comenzó su pesadilla: «Uno de los asaltantes, al que no puedo diferenciar físicamente del resto, le dijo a otro: ''Átale las manos''. Y así lo hizo, me las ató con cinta americana de color gris mientras que un segundo me sujetaba, insistiendo el que lo había ordenado que me atara, que lo hiciera más fuerte». Y tras dejarle inmovilizado, el hombre que indicó que le hiciera «me preguntó dónde tenía la caja fuerte, y les señalé que estaba en el interior de un armario que se encuentra al lado de la cama. Uno de ellos se dirigió hacia ella y, como la caja fuerte tenía la llave puesta, la abrió y cogió todo lo que había dentro».
Además, aseguró Camilo Sesto en su declaración, «los tres autores portaban armas blancas e, incluso, uno de ellos, cuando entraron a mi dormitorio, me puso un cuchillo por la parte que no tiene filo en uno de mis dedos de la mano derecha y me dijo que les hiciera caso y que no me moviera». Según respondió a las preguntas de los agentes, los tres hombres, de unos 1,70-1,75 de altura, «hablaban español perfecto, creo que sí que eran españoles aunque no recuerdo más detalles».
«¡No te muevas!»
Tras hacerse con todo el contenido de la caja fuerte, los ladrones volvieron a por él y le preguntaron «dónde había más dinero» y dónde estaba la otra caja fuerte. «En el baño», contestó él. «Mientras que uno se dirigió hacia esta dependencia de la casa, los otros empezaron a sacar todos los enseres de los armarios y de los cajones. Yo siempre estaba controlado por alguno de ellos y si me movía enseguida me lo recriminaban y me decían que no me moviese». El artista también tuvo que soportar que los asaltantes le ataran, aunque en un principio consiguió que desistieran de sus intenciones: «Cuando me fueron a atar los pies con la cinta les expliqué que tenía una herida de una operación y que no me podía mover. Así que cuando terminaron de registrar el dormitorio, me dijeron que no me moviera en treinta minutos y que no llamara la Policía y se marcharon del dormitorio los tres autores».
Fue entonces cuando, según cuenta el artista a la Guardia Civil, sintió la necesidad de ir al aseo. «Pensaba que ya se habían ido y me levanté para dirigirme al baño, pero antes de llegar, volvieron y me cogieron a la vez que gritaban que les había mentido y que sí que podía caminar». En ese momento de tensión e incertidumbre, «me tiraron al suelo y volvieron a coger cinta gris como la usada anteriormente y me maniataron por todo el cuerpo, incluso la boca, para que no me pudiera mover. No recuerdo cómo cortaban la cinta con la que me ataban». También tuvieron lugar una serie de improperios que han afectado especialmente al músico. «Las frases exactas que me dijeron fueron las siguientes: ''A este le matamos'', ''Qué hacemos con este... le matamos'', ''Más dinero, donde está el dinero, no nos mientas''. Aunque en ningún momento escuché nombre personal alguno. Cuando se dirigían a mí, no me llamaban por mi nombre, aunque la sensación que tenía es que sabían quién era y que por eso se metieron en mi domicilio», explica el artista.
Tras la violencia verbal y física que relata en su declaración, señala que «me cogieron y me llevaron hasta un sofá que se encuentra en una sala colindante a mi dormitorio y me colocaron encima unas mantas que se encontraban allí». Y, acto seguido, terminó su pesadilla y su lucha por pedir ayuda. «Comencé a intentar quitarme con las manos la cinta que tenía pegada en las muñecas hasta que lo conseguí. Tardé mucho. Luego intenté llamar por teléfono y comprobé que no tenía línea. Me vestí y me dirigí en mi vehículo al cuartel de la Guardia Civil de Torrelodones para contar lo sucedido». Una pesadilla que duró una hora aproximadamente, pero que Camilo Sesto no olvidará jamás, ya que según él mismo asegura tiene dolores por todo el cuerpo «por la postura que me hicieron tener» y que tuvo que ser atendido por el Summa en su domicilio «sobre la una de la tarde a causa de unas taquicardias». Un hecho que no deja de sorprender al artista y a su entorno, ya que no tenía constancia de que alguien hubiera estado merodeando por la zona donde tiene su residencia en Torrelodones. «Además, tengo alarma en casa, pero sólo la activo cuando no estoy», asevera. Una pista de cara a la investigación que indica que los asaltantes sabían por dónde se movían.
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