Gastronomía
Tiempo de fabada
Casa Hortensia es un referente de la cocina asturiana en la capital
Adela Besteiro es una de esas cocineras que transmite su pasión por los fogones en cada bocado que elabora. Después de 20 años en la primitiva Casa Hortensia, situada en la calle Olivar, hace nueve la cocinera y su marido y jefe de sala, José Luis Nuñez, se trasladaron al Centro Asturiano, en el número 2 de la calle Farmacia. Referente de la cocina asturiana en la capital, la cocinera se considera una emprendedora. A pesar de la difícil recesión económica que vivimos, hace uno inauguró la sidrería, en el tercer piso del edificio –el restaurante está en el segundo–, donde nos concede unos minutos de su valioso tiempo, ya que estos días, en los que se suceden los almuerzos y las cenas navideñas, tiene todas las mesas ocupadas. ¿El motivo? Sirve contundentes y sabrosas recetas asturianas tradicionales alimentadas por materias primas de calidad: «Cocino como a mí me han enseñado, los platos llevan su tiempo y yo se lo concedo», dice orgullosa.
A fuego lento
Para empezar, un bocado imprescindible es la tortilla, que hace sin patata, pero con cebolla bien picada, bonito y tomate. Son de diez también las gambas al ajillo, el pulpo a la gallega y el revuelto de gambas y setas.
Entre las sugerencias, destacan el pote asturiano, las fabes con almejas y el cocido, que sólo preparan los martes, día que la legión de clientes habituales del establecimiento reserva su mesa con buena antelación. De la fabada, el plato estrella de la casa, Adela cuenta que el secreto radica en «poner las judías el día anterior en remojo. Con ese mismo agua, ponerlas a hervir la mañana siguiente con el lacón y la panceta y dejarlas a fuego fuerte hasta el momento de eliminar la espuma que sueltan. Después, pasarlas por agua fría y ponerlas de nuevo a hervir con el fuego más lento para que la judía vaya creciendo. Pasada una hora, añado los chorizos y morcillas y dejarlas cocer despacio», explica la cocinera, que tarda unas cuatro o cinco horas en preparar este manjar. Si prefiere optar por un pescado, las delicias de merluza se llevan la palma y en cuanto a las carnes, deguste el cordero asado o el chuletón de buey a la piedra. Delicias todas ideales para acompañar con Arnegui Crianza, un cien por cien tempranillo envejecido durante doce meses en barrica de roble americano en la bodega Pagos del Rey, de la Denominación de Origen Calificada Rioja: «Es un vino suave que me gusta, porque va muy bien con la cocina asturiana, y a los comensales, que son los que mandan, también», afirma. No dé por terminado el festín sin probar el arroz con leche. Sobresaliente.
LA BODEGA
La bodega Pagos del Rey D.O.C Rioja, ubicada en el valle del Ebro, en Fuenmayor, se encuentra situada en un enclave privilegiado que permite una selección exhaustiva del fruto para la elaboración de sus vinos de calidad. Este municipio posee la mayor tradición vitivinícola de la región, favorecida por un clima mediterráneo. Sus modernas y flamantes instalaciones cuentan con un parque de barricas de roble americano y francés de más de 20.000 unidades, que año tras año ofrecen sus mejores caldos de las variedades tintas Tempranillo, Graciano, Garnacha y Mazuelo y Viura para blancos.
El vino
Elaborado con uvas seleccionadas de Tempranillo, la uva de más calidad del seno de la D.O.C Rioja, Arnegui Crianza es la opción más acertada para acompañar una buena fabada o, incluso, cualquier carne, en una cena como las que se acercan estas Navidades. Destaca su intenso color rojo cereza con ribetes violáceos, resultado de una maceración en frío y posterior reposo durante 12 meses en barricas de roble americano. Para los amantes del buen vino, Arnegui Crianza se presenta como un vino complejo, con taninos dulces muy pulidos, que guardan un perfecto equilibrio entre fruta y madera, lo que denota un aroma a vainilla y recuerdos a frutas rojas y negras.
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