Casas reales

La tragedia familiar que hizo ricos a los Middleton

La bisabuela paterna de la duquesa de Cambridge creó un fondo fiduciario que le permitió acceder a una educación privada

La tragedia familiar que hizo ricos a los Middleton
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Uno de los grandes misterios de la familia de la actual duquesa de Cambridge es la procedencia del dinero con el que Michael y Carole Middleton pagaron los estudios de sus hijos: Kate, Pippa y James. Los tres asistieron a colegios privados, entre los que se encuentra el prestigioso Marlborough College, cuya matrícula tiene un coste de unas 32.000 libras, lo que viene a ser unos 38.800 euros. Teniendo en cuenta que Carole era azafata y Michael operador de vuelos, parece imposible que hayan podido permitirse un lujo como ese, inalcanzable para una familia de clase media, ya que los salarios de esos trabajos no son muy elevados. Luego fundaron la empresa «party pieces» y aunque le fue bien, el negocio tampoco le proporcionaba beneficios como para aumentar demasiado su nivel de vida.

El hecho es que la fortuna de la familia Middleton no fue generada por ellos en sí. Para encontrar la solución a este misterio hay que remontarse dos siglos atrás, según ha desvelado el diario «Daily Mail» sólo unos días después de que saliese una biografía de Kate Middleton firmada por Marcia Moody, que también arroja luz sobre algunos capítulos de su infancia. En el origen está Frank Lupton. Nacido en 1813, era el abuelo de la bisabuela paterna de Kate. A lo largo de su vida logró hacerse con una gran fortuna gracias a su gran ojo para los negocios. Cuando murió en 1884, dejó una jugosa herencia a sus cuatro hijos, lo equivalente a unos 6,9 millones de euros actuales. En este sentido, al tatarabuelo de Kate, Francis Lupton, le correspondió una cantidad que sería equivalente a 1,8 millones de euros. Una fortuna que lo convertía en millonario, sin embargo, su solvencia económica estuvo rodeada de sucesivas desgracias familiares.

Lupton tuvo cinco hijo: Maurice, Lionel, Fran, Anne y Olive, la bisabuela de Kate. Dos semanas después de dar a luz a su quinto hijo, su esposa Harriet falleció a causa de una gripe. Este fue el primer golpe para la familia pero lo peor llegó cuando los tres descendientes varones fallecieron durante la Primera Guerra Mundial siendo muy jóvenes y en un periodo de tiempo de tres años. Esta última tragedia para los Lupton fue al mismo tiempo un hecho clave para la posterior riqueza de sus sucesores, ya que las mujeres sobrevivientes, Anne y Olive, habían creado un fondo fiduciario que estaba valorado en más de 3,6 millones de euros, además de que heredaron la fortuna de su padre.

De esta forma, Olive Lupton sin saberlo aseguró la vida de su nieto, Michael Middleton, y, por lo tanto, la de su esposa y sus tres hijos. Así, Kate y sus hermanos pudieron estudiar en los mejores colegios, como lo es el Marlborough College. Según cuenta Marcia Moody en la biografía de la futura reina de Inglaterra recientemente publicada, empezó a estudiar allí en la primavera de 1966, cuando sus padres la sacaron del colegio para niñas Downe House porque sospechaban que era víctima de acoso escolar. El resto de sus compañeras la consideraban demasiado dulce y responsable. Por ello, era objeto de todo tipo de burlas por parte de ellas. Hasta entonces Kate había sido una alumna brillante y que destacaba en casi todos los deportes pero, desde que entró en este centro escolar con 13 años, eso cambió. Se convirtió en una niña triste y con baja autoestima, además de que su rendimiento escolar bajó considerablemente. Cuando Michael y Carole la trasladaron al Marlborough Collegue aún sin terminar el curso, Kate volvió a ser como antes. Eso sí, el acoso le dejó mella. Prueba de ello es que entregó parte de los donativos que recibió el día de su boda a una organización contra el acoso escolar.

De hija de obrero a futura reina

A los 15 años Kate vestía de forma sencilla, lo que la hacía pasar desapercibida y no gustaba aún a los chicos. Tanto así que en su colegio hacían listas de las chicas más guapas y nunca estuvo entre ellas. Con 16 años terminó sus estudios de secundaria. Para celebrarlo, ese verano viajó por Latinoamérica con su equipo de hockey y volvió completamente transformada. Estuvo por Brasil y Argentina, besó a chicos, maduró y regresó convertida en una «belleza total». A los 17 años, empezó a llamar la atención de los chicos y todos querían estar con ella y, lógicamente, llegó el que sería su primer novio, Willem Marx. En el año sabático antes de ir a la universidad viajó a Florencia. La ciudad Italiana es una de las cunas del arte en el mundo, y Kate se decidió visitarla porque quería estudiar Historia del Arte. Gracias a sus buenas calificaciones, no tuvo problemas a la hora de elegir la universidad y en septiembre de 2001, a los 19 años, ingresó en la escocesa de St. Andrew's, donde también estudiaría Guillermo. El destino quiso que sus caminos convergieran en contra de los que afirman que los Middleton decidieron que estudiase allí poder conocer al joven príncipe. Bien es cierto que tanto Kate como Pippa ya tenían fama de trepas, algo que hizo publico la revista «Tatler» en un intento, que no fraguó, de torpedear la relación cuando aún era incipiente. Ambos vivían en el mismo edificio por lo que se conocieron pronto y se hicieron amigos. Al principio salían con otras personas pero un desfile en el que participó Kate en enero de 2002, cambió el concepto que Guillermo tenía de ella. Se trataba de un evento a beneficio de los más necesitados y la joven Middleton apareció con un vestido transparente y ropa interior negra. Cuando el príncipe la vio se sorprendió y comentó a sus amigos lo sexy que le pareció. Esa noche intentó besarla pero ella le rechazó. Como dice en la biografía «me sentí muy cohibida».

El curso siguiente fueron compañeros de piso y al poco tiempo comenzaron una relación. El resto forma parte de la historia con mayúsculas, una que posiblemente no se hubiese escrito sin la herencia de sus descendientes.