El lado más personal de Roberto Brasero: de su infancia en un cuartel a su labor como padre de familia

Todos sabemos que las borrascas en este país tienen nombres, otorgados en función del orden alfabético estipulado por el Grupo Suroeste europeo, formado por los Servicios Meteorológicos Nacionales de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (RMI), Luxemburgo (MeteoLux) y España (AEMET). Sin embargo, estas tormentas cuentan con algo en común: todas se apellidan Brasero.

El hombre del tiempo por excelencia en nuestro país publicó el pasado mes de abril su nuevo libro, 'Pequeña historia del clima', donde relata los cambios que ha sufrido la meteorología desde los albores de la humanidad (e incluso antes). Como parte de su promoción, Roberto Brasero pisará 'El Hormiguero' para desvelar detalles desconocidos tanto de sus proyectos como de su vida personal. Repasamos en este artículo el lado más personal del meteorólogo más querido de España.

Su infancia estuvo marcada por la disciplina

El padre del periodista, Francisco Brasero, trabajaba en la Guardia Civil, lo que provocó que el presentador creciera y pasara gran parte de su vida en el cuartel. Allí aprendió los valores que encarna la Benemérita: la lealtad, el espíritu de sacrificio, la disciplina y el buen querer hacia los demás. "Tuve una infancia feliz y un gran padre. Me acuerdo todos los días de él. Fue un padre fantástico y un gran abuelo. Mi padre fue un pilar fundamental. Un hombre estricto pero justo, que me enseñó valores que hoy intento transmitir a mis hijos", confesó en una entrevista.

Respecto a su labor como cabeza de familia, se sabe que Roberto está casado con Beatriz Francisca Pardow Lorenzo, con quien ha formado una bella familia formada por cuatro hijos: Marina, Nerea, Íñigo Manuel y Rocío. Como padre, Brasero ha intentado transmitir a sus pequeños los mismos valores con los que creció. "Intento ser padre y poner esas normas obligatorias, pero también disfrutar con ellos y que disfruten conmigo", ha llegado a revelar.

Su perra Laya, un can de aguas de unos tres años, es otro de los pilares de la vida de Brasero. Siente una conexión muy profunda con el peludo de cuatro patas, tal y como ha contado en reiteradas ocasiones a través de sus redes sociales.