
Difícil situación
El padre de Chenoa, condenado a vivir en la calle
"Con doscientos o trescientos euros mensuales me arreglaría la vida. Pero está muy influenciada por mi exmujer y lleva años despreocupándose de mi", asegura

Si en apenas un mes no consigue ingresar en un centro geriátrico, el padre biológico de Chenoa, José Carlos Corradini, no tendrá más remedio que vivir en las calles de Buenos Aires.
Con una pensión que apenas supera los 300 euros al mes y un alquiler de 280 euros, su situación es desoladora. Según nos confiesa: “Tras pagar el alquiler, la luz y el agua no me queda dinero ni para comer. Me alimento gracias a la ayuda de los vecinos de mi barrio. Que me conocen de toda la vida y son muy generosos conmigo. Si no fuera por ellos me moriría de hambre. Lo estoy pasando muy mal, y me duele que mi hija no me eche una mano".
"Con doscientos o trescientos euros mensuales me arreglaría la vida. Pero está muy influenciada por mi exmujer y lleva años despreocupándose de mi. Para un padre es muy duro entender que a mi hija le da igual lo que me pase. Es una situación límite y muy dolorosa. Me da miedo pensar que puedo quedarme tirado en la calle.”, dice el padre de Chenoa.

Corradini está desesperado, superados los setenta años de edad, no encuentra soluciones a sus graves problemas económicos. Los ahorros se gastaron hace mucho tiempo, no tiene dinero y vive de la caridad de personas que son conscientes de sus males. Es más, aunque quisiera viajar a España para intentar ver a su hija, es imposible, porque no posee dinero para pagar los pasajes de avión.
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