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Pedro J. Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada: una historia de amor con desenlace abrupto

El periodista y director de El Español acudirá esta noche a 'El Hormiguero' para presentar 'Por decir la verdad', sus memorias políticas

Pedro J. Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada asisten en 2004 a la boda entre el por aquel entonces príncipe Felipe de Borbón y Letizia Ortiz Emilio NaranjoEFE

Treinta años de relación, dos hijos en común y una boda inesperada que terminó en divorcio apenas tres meses después. La diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada y el periodista Pedro J. Ramírez se casaron por sorpresa en junio de 2016, pero en noviembre del mismo año él le pidió el divorcio, tras confesarle que se había enamorado de otra mujer: la abogada Cruz Sánchez de Lara.

La pareja, que fue una de las más influyentes del panorama social español durante décadas, se conoció en un avión en los años 80. Él, entonces director de Diario 16, ya incluía a la diseñadora en sus páginas. Tras ese primer encuentro, cuadraron agendas y tuvieron su primera cita. Desde entonces, construyeron una relación duradera que resistió el paso del tiempo hasta que esta terminó hecha pedazos.

La boda que colmó el vaso

A lo largo de tres décadas, Pedro J. pidió matrimonio en varias ocasiones, pero Ágatha siempre se negó. Finalmente accedió, y no por romanticismo: como aristócrata y madre de los herederos de varios títulos nobiliarios, consideró que el matrimonio facilitaría la transmisión de dichos títulos a sus hijos, Tristán y Cósima. La boda, celebrada en secreto, fue más un gesto práctico que una celebración de amor.

Pero ese vínculo legal no resistió ni una estación. Poco después de casarse, Pedro J. anunció su separación y se marchó del hogar que compartía con la diseñadora. A partir de entonces, Ágatha comenzó a referirse a él como "el innombrable", reflejando el dolor que le supuso aquella ruptura inesperada y fulminante.

Distancias marcadas desde aquel entonces

Desde entonces, la relación entre ambos ha estado marcada por el desencuentro. Ni siquiera el nacimiento de su primera nieta en abril de 2024 ha servido como puente para acercar posturas. Así lo reconocía recientemente la diseñadora, dejando claro que la distancia con el padre de sus hijos sigue siendo profunda.

En sus declaraciones públicas, Ágatha no ha escondido el impacto emocional de lo sucedido. "Teniendo tan buenos planes, ¿a quién se le ocurre divorciarse?", dijo en una entrevista reciente, recordando la estabilidad que, según ella, parecía reinar en su relación antes del divorcio. En su último libro, ha asegurado que fue "muy generosa y simpática con el innombrable", aunque las heridas aún perduran.