Peligro: chica Disney desbocada

La polémica está servida. Tras su erótica actuación en los MTV, la cantante ha vuelto a calentar las redes sociales con el videoclip del tema «Wrecking Ball» en el que aparece totalmente desnuda y en actitud provocativa.

De roja incandescente, Miley Cyrus se ha pasado ya al castaño oscuro. Si hace unas semanas levantaba la polémica por la excesiva sensualidad que derrochó en su actuación en los premios MTV Music Awards 2013, lo que le ha valido ser repudiada por la revista «Vogue», que ha decidido no dedicarle la portada que le prometió, la artista ha reavivado ahora las llamas de la discordia al aparecer desnuda sobre una bola de demolición en su nuevo videoclip «Wrecking Ball», del disco «Bangerz», que saldrá a la venta el 8 de octubre. El vídeo de esta balada, dirigido por el reputado fotógrafo Terry Richardson, comienza con un primer plano de la cantante y actriz llorando desconsolada por un amor frustrado y acaba convertido, por circunstancias que escapan a la mente del guionista más enrevesado, en una suerte de sueño erótico a la altura del mismísimo Hugh Hefner, con la que fuera Hannah Montana y estrella del universo Disney exhibiendo su cuerpo sin ropa –eso sí, ataviada con unas botas de montaña– mientras se balancea sobre una herramienta de demolición y acaricia con inquietante sensualidad un martillo, entre otras escenas capaces de ruborizar al más descocado.

Miley Cyrus, a sus 20 primaveras, añade así un capítulo más a su lista de desmanes que, si bien le están saliendo tremendamente rentables en términos de marketing –el mencionado vídeo superó los 12 millones de reproducciones en YouTube a las horas de su lanzamiento–, la han elevando a la categoría de «persona non grata» en los círculos artísticos de EE UU. De hecho, su fogoso baile en ropa interior durante la gala de MTV el pasado 25 de agosto no sólo consiguió la reprobación de la organización conservadora Parents Television Council –que acusó a la cadena MTV y a Cyrus de fomentar en los jóvenes que «la única forma de rebelarse es siendo activos sexualmente»–, también hubo muchas «celebrities» que subrayaron el «excesivo» erotismo de los contoneos de la joven e incluso la revista «Vogue» renunció a la idea de dedicarle su portada. Y es que, a pesar de que con cada nueva polémica su popularidad en las redes sociales crece exponencialmente –la artista aumentó su actividad en estos medios en un 112% y, según datos de MusicMetric, consiguió más de 220.000 nuevos fans en Facebook y 213.000 seguidores más en Twitter tras su comentado paso por el escenario de MTV–, Miley Cyrus se ha convertido en una rebelde sin causa que además adolece de ser poco original. Ella, que se empeñó en decir que no quería ser un producto más de la factoría, parece haberse convertido para los más críticos en una mala copia de artistas como Madonna y Lady Gaga, que deben parte de su fama internacional a su estilo provocativo.

La inocente joven que encandiló a los niños de medio mundo con su dulce papel en «Hannah Montan» ha hecho de la controversia la mejor fórmula para seguir siendo un ídolo de masas, aunque muchos cuestionan ya sus métodos. Ni siquiera la propia joven es capaz de mantener una posición coherente ante sus delirios y achacó a la falta de sueño –que le impide tomar decisiones correctas– su desafortunada actuación en los MTV Awards, aunque no dudó en avivar la polémica en Twitter subiendo fotografías suyas en actitud obscena. Por este y otros motivos que recuerdan a los peores momentos de otros artistas que acabaron en decadencia, muchos se preguntan si detrás de esa joven obsesionada con provocar a través de su cuerpo no hay en realidad una niña pidiendo a gritos ayuda.

UN BOCHORNOSO ÁLBUM

Bailar en ropa interior mientras se despliega una abrumadora colección de gestos obscenos sólo ha sido la última polémica de esta joven artista que ha protagonizado numerosos escándalos. Además de la mencionada actuación en los MTV Awards (en la imagen de la dcha., arriba), otras de los bochornosas estampas de Miley Cyrus fueron las fotografías en las que posaba en una postura más que sugerente ante una tarta con forma de pene o los refriegos varios que ha inmortalizado junto algunas de sus amistades. Tampoco sus declaraciones sobre el consumo de marihuana (abajo con una sudadera estampada con hojas de cáñamo) dejaron indiferente a nadie: «Me sienta mucho mejor que el alcohol», aseguró.