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Perder las formas

Carmen Lomana disfrutó de la obra de numerosos galeristas en ARCO, la feria de arte internacional que hace homenaje este año a Perú
Carmen Lomana disfrutó de la obra de numerosos galeristas en ARCO, la feria de arte internacional que hace homenaje este año a Perúlarazon

Semana de arte. Madrid se vuelca en eventos y exposiciones alrededor de ARCO, nuestra feria de arte más internacional. Estuve el jueves en la inaguración con la presencia de los Reyes y el presidente de Perú. Hay muchos motivos también en esta semana que me han hecho sentirme avergonzada por los numeritos cutres y de mal gusto que hemos tenido que soportar. Hay uno especialmente que me ha parecido inadmisible: una figura gigante del Rey hecha por algún maestro fallero, ni siquiera por el impresentable artista que la firma, Santiago Sierra, por la que pide 200.000€ con una condición bajo contrato de que la persona que adquiera la obra tiene que quemarla y solo dejar la calavera. Últimamente, entre unos que quieren profanar tumbas y otros que piden quemar figuras, parece que estemos en plena Inquisición. Esta falta el respeto de España a la figura de nuestro Jefe del Estado. Todavía mucho peor es permitir que esto se exponga en ARCO. Que, por cierto, tiene a todos los galeristas indignados porque solo se habla de esto, cuando están todo el año esforzándose para dar lo mejor de su galería. Varios galeristas franceses no piensan volver, también algunos españoles. Yo me planté en el «stand» donde se exponía dicha figura para decirle al galerista que si no se le caía la cara de vergüenza promoviendo y comercializando algo tan bochornoso para nuestro Jefe del Estado y, por ende, a España. El tipo ni me contestó.

El arte tiene que ser armonioso y bello, emocionar y enriquecer el espíritu del que lo contempla. Bellísima estaba nuestra Reina. Me gustó mucho su vestido de cuero, su pelo recogido y más oscuro, pensé: ¡Qué maravilla de pareja hacen! El Rey es superlativo, su cabeza, dada su altura, sobresale de todas las demás, siempre con una actitud amable, un hombre culto, alguien de quien podemos sentirnos orgullosos. Otra de las actitudes que no llego a comprender es que el PSOE se negase a aplaudir al presidente del Perú en el Congreso después de su defensa de los derechos humanos en Venezuela y de nuestra obligación moral de ayudar a ese país. Tampoco puedo entender que esté dedicándose con el congreso cerrado a gobernar a golpe de decreto ley, como en las repúblicas bananeras.

Hubo esta semana un acto precioso: la presentación en la Fundación Mapfre del libro escrito por el único nieto de Joan Miró, Joan Punyet. «Miro y la música», con preciosas anécdotas y diapositivas en un recorrido por la vida de Miró. El talento auténtico no entiende de modas y prevalece por encima de todo.