Los Ángeles
Pierce Brosnan: «Lleve siempre la bragueta subida antes de salir»
Al ponerse frente a Pierce Brosnan, se descubre lo que es porte. Y percha. Así, sin más. De ahí que LA RAZÓN le haya solicitado una «masterclass» sobre estilo para el otoño que está a la vuelta de la esquina. Y él accede, impoluto, con su «total look» de Hackett, la firma británica de referencia para la que es imagen en este nuevo curso que arranca. «Un día, estaba andando por Sloane Street (Londres) y ahí estaba esa maravillosa tienda llamada Hackett, que recordaba haberla visto hace años. Sin embargo, ahora tenía un aspecto renovado totalmente diferente», confiesa tras ponerse a las órdenes del objetivo de Terry O'Neill, señalando a renglón seguido que desde aquel flechazo de escaparate «se convirtió en mi tienda favorita, por lo que cuando me llamaron para proponerme si sería parte de su campaña acepté de inmediato. Prendas de calidad, con un buen corte y con mucho cuidado en los detalles... a muy buen precio».
Brosnan mantiene –y seguro que lo cumple– que en bermudas tampoco desmerece. «En Hawái voy en shorts, chanclas y con una camiseta antigua de manga corta bien llevada. En Londres llevo vaqueros oscuros y una chaqueta de Hackett con buen corte. En Los Ángeles suelo llevar vaqueros azules, deportivas y una buena camisa de Armani». Uno toma nota, casi sin pestañear, pensando que aquello que James Bond recomienda, toca cumplirlo al pie de la letra. Entonces, toca la pregunta estrella, cuando uno quiere dejar de ser un «pagafantas» y, si no convertirse en un «gentleman», al menos no dar la nota al plantarse en un acto social:
–¿Cuál es la mejor lección de estilo que ha aprendido?
–Asegúrate siempre de llevar la bragueta subida antes de salir por la puerta. Sé simple, cabeza alta, hombros atrás y sonrisa.
Sin rodeos. No hay más trucos que mirarse frente al espejo y comprobar que todo está bien atado. De poco sirve haber seleccionado una corbata de seda o hipotecarse por una camisa de vicuña, si no hay un repaso general antes de atravesar el arco. Y es que acumular 60 a las espaldas como si nada, sólo se logra con actitud. Pero ayudado con unos imprescindibles del armario. «Nunca faltan mis zapatos marrones ''slip on'' de Bottega Veneta y sus cinturones... Tampoco puedo vivir hoy por hoy sin las nuevas deportivas Nike Air Free». Con el verano ya casi a cuestas y el síndrome posvacacional permanente hasta el puente del Pilar, sólo queda el veranillo de San Miguel. También tiene listado para estas escapadas: «No salgo sin mis gafas de sol; muchos pares. Cuadernos de dibujo y buenos lápices... El iPhone y los cascos Bose. Y, claro está, una buena maleta para llevarlo todo; tengo muchísimas».
Así, con el equipaje a punto, está inmerso en el rodaje en Serbia de «November Man», una película producida por su propia compañía de cine, Irish Dream Team. «Después de esto descansaré en Hawái durante un mes hasta que empiece con Kristin Scott Thomas y Jessica Alba en ''How to make love like an englishman''». El plan para sus próximas huidas del plató, lo tiene claro: también adjunta plan para estas vacaciones improvisadas: «Estar en casa en la isla de Kauai, jugando al golf y nadando, haciendo senderismo y navegando alrededor de la bahía al atardecer con los delfines. Sentarme en nuestra playa debajo de mi palapa, hecha a mano por mí... bueno con la ayuda de mis chicos. Contemplar las puestas de sol con mi mujer Keely y ver cómo salen las estrellas mientras encendemos una hoguera en la playa con una buena botella de vino brindando por el día».
Un padre frente al dolor
En julio de este año, Pierce Brosnan revivía uno de los episodios más dolorosos de su vida. Su hija, Charlotte Emily, moría de cáncer de ovarios después de tres años de lucha contra la enfermedad. El actor había adoptado a Charlotte y a su hermano, Christopher, tras seis años de matrimonio con su madre, Cassandra Harris, quien también murió de este tipo de cáncer en 1991. Sus amigos han dicho que Brosnan está «más que devastado» y que, para superar este nuevo bache, se ha apoyado en su mujer, Keely, con la que lleva casado doce años. Ella y sus dos hijos, Dylan y Paris, han sido un auténtico salvavidas. «Pierce tiene un término: "alzarse". Tiene una fuerza interior que le hace poder levantarse en estos momentos. Jamás dejará de ser padre y marido», comenta una de sus amigos más cercanas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar