Jesús María Amilibia

Pilar Jericó: «La queja constante es un cáncer»

Profesión: doctora en Organización de Empresas y economista.. Nació: en 1973, en Madrid.. Por qué está aquí: por su libro «Poderosamente frágiles» (Alienta Editorial).

Pilar Jericó: «La queja constante es un cáncer»
Pilar Jericó: «La queja constante es un cáncer»larazon

–«Poderosamente frágiles». ¿Quiere decir que en la fragilidad está el poder?

–Sin duda. No nos gusta ver lo vulnerables que somos. La fuerza está en vernos y querernos como somos. Ésa es la fortaleza interior.

–Habla en su novela del tiro con arco japonés, el «Kyudo». ¿Qué nos enseña?

–Es un camino para el conocimiento interior.

–Ya: la diana somos nosotros, ¿eh?

–Sí, eso es el «Kyudo». Metafóricamente, se dispara contra uno mismo.

–En esta crisis, ¿cuál debería ser nuestra diana?

–Reinventarnos y alejarnos de la nostalgia. No volveremos a vivir, quizá, como vivíamos. La nostalgia nos lleva a una doble crisis.

–Usted tira con arco japonés. ¿A quién dispararía sus flechas?

–Al corazón de algunos líderes, y no precisamente en el sentido amoroso. Necesitamos nuevos y muy diferentes líderes en Europa.

–¿La crisis es poderosamente frágil o...?

–Poderosamente débil: nos conecta mucho con la ausencia, con el anhelo de lo que ya no se tiene.

–Y nos quejamos, claro.

–Sí. Y lo que más daño nos hace es la queja constante, continuada. Es un cáncer. En este país, el victimismo es un mal endémico.

–¿De dónde cree que nos viene?

–Está en nuestro ADN. Hay motivos históricos, culturales, religiosos...

–Ya. Es experta en liderazgo. ¿Dónde están los buenos y grandes líderes?

–En las empresas. Ahora la política no atrae a los jóvenes con talento.

–¿Es el momento de una lideresa?

–Una presidenta de Gobierno sería un gran cambio... si tuviera una forma de gobernar femenina. Hay lideresas que actúan como hombres.

–Describa la forma de gobernar femenina.

–Es más emocional, busca consensos, dialoga más, no es excluyente y sabe hacer malabarismos con el tiempo.

–España está pesimista. ¿No encuentra su fortaleza interior?

–Sin duda. Está triste por la pérdida y no ve futuro.

–Será que también tenemos hipotecada la fortaleza...