Opinión
La crónica de Amilibia: Oigan, Teresa Ribera tiene superpoderes
Pablo Iglesias sigue en la pista central del circo como cuando era vice segundo. Y otro tanto le sucede a Iván Redondo. Ha dicho Pablo que Iván cocinaba en la sombra todas las decisiones de Sánchez. No es de extrañar, pues, que haya acabado de Cofrade Mayor del queso Idiazábal: ahora le espera MasterChef. El líder morado cuenta más: «Iván ha intentado construir un concepto de táctica política que él llamaba “el ajedrez aleatorio”, que está fundamentado en la manera de jugar de Bobby Fischer, que por lo visto consistía en hacer jugadas inverosímiles que cambiaban por completo la realidad del tablero y, a partir de ahí, la habilidad y velocidad de los jugadores era determinante».
Cambiar la realidad: ahí está la clave. Por eso dijo Iván que «la política es el arte de lo que se ve». Nada por aquí, nada por allá, alehop, aquí está el conejo. Luis Garicano, economista y eurodiputado, cuenta sobre la factura de la luz: «En España, el regulador eléctrico, con el marido de la ministra Teresa Ribera a la cabeza, ha estado desaparecido en esta crisis». Se refiere a Mariano Bacigalupo, consejero de la CNMC, que no entendía por qué los telediarios abrían todos los días con los precios del mercado eléctrico. El caso es que estaba o está desaparecido, lo que demuestra que la ministra Ribera posee grandes superpoderes: hace desaparecer a su marido y a toda la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia tocándolos con su varita mágica ministerial para que no interfieran en sus eléctricos y chispeantes vaivenes, dicen.
Así que, más que en el ajedrez aleatorio de Fischer, estamos en las películas de Harry Potter. Y nos espera «Frozen: el reino del hielo».
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