Mundial de Clubes

Opinión
El caso Pegasus ha desatado una especie de psicosis telefónica. Yo tengo un conocido del Opus que rocía su móvil con agua bendita todos los días y fiestas de guardar y otro que cada mes se lo lleva a Iker Jiménez por si advierte en él algo paranormal. Susanna Griso, nuestra bien amada Susanna, confiesa en una entrevista que «el día que pierda el móvil se va a armar un lío gordo». Una duda: ¿Un lío para ella por la pérdida del teléfono o un lío por lo que pueda hallar en él quien se lo encuentre? De niña, la presentadora gustaba montarse películas y estaba obsesionada con ser espía, cuenta.
Bien, ahí tiene el arranque de una novela. Se la rifarían las editoriales y podría titularse algo así como «Cuando Pegasus entró en mi vida». O en plan más sosegado y discreto «Mis guapsas (guasas) con los VIPS más VIPS» o «Altos secretos en mi nube». Cualquier cosa antes de otro lío gordo, Susanna. Conviene recordar aquí la inmortal frase de Groucho Marx: «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Se ve que en el Partido Popular siguen a Groucho porque a estas alturas de los líos más liosos ya se atreven a decir: «Donde hay un problema, en lugar de resolverlo, este Gobierno genera tres». Y así estamos como estamos, Susanna. Ya solo falta que en tu teléfono haya datos sobre las íntimas y secretas conversaciones de Sánchez con Mohamed VI a la hora del té y se descubran.
No pierdas el móvil, Susanna, porfa, que en este país no cabe un lío más. Y háztelo mirar por un experto en seguridad. Félix Bolaños, por ejemplo.
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