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La crónica de Amilibia: Belarra, yo también quiero menú ministerial

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione BelarraVictor CasadoAgencia EFE

Al personal de los ministerios de Ione Belarra, Carolina Darias y Alberto Garzón, el menú del día le cuesta siete euros. En mi barrio ya están al doble o más. Qué chollo para ese personal. Ya le gustaría a este viejo que le grita al televisor apuntarse a esos menús rebajados, aunque sea haciéndose pasar por asesor externo o mediopensionista. Pero seguro que los seguratas del ministerio me detectarían como infiltrado y sería conducido de la oreja a postrarme ante la ministra Belarra a pedir perdón por mi osadía. Si yo fuera un viejo sadomasoquista, elegiría como dominatrix a Ione. Su guerra con el Imserso la ha convertido en algo así como en la rigurosa gobernanta (látex negro y látigo) de los viejos con ansias de viajar a bajo precio, en la Cruella de Vil de la Tercera Edad.

Cuentan los hosteleros que los clientes del menú del día han bajado y son muchos los que se apañan con el pincho de tortilla o el bocata de calamares. Yolanda Díaz ya ha dejado claro que «Sumar» no va a ser una sopa de siglas. Tampoco pote gallego o caldo de gallina. Creo que ya ha percibido que a la «gauche divine» no se la seduce con toqueteos a lo Garamendi ni con sopas de pasta. O invita a percebes bien gordos (como «unha de home»), nécoras y rodaballo salvaje al horno, todo bien regado con un buen albariño, o le van a decir que vuelva otro día, porque con Podemos o Izquierda Unida van de lujo.

Después de hartarse a escuchar, Yolanda quizá le encuentre sentido a aquella frase de Charles de Gaulle sobre Francia: «Es difícil gobernar un país que tiene 246 clases de quesos». ¿Nos hacemos un menú ministerial, Ione? Vale, sí, merezco unos azotes.