Así blinda Emmanuel Macron su seguridad: al más puro estilo James Bond

A Emmanuel Macron, como a cualquier otro líder mundial, le preocupa la seguridad de Francia y la de Europa en general frente a las amenazas geopolíticas y otros riesgos de distinta naturaleza, como las rivalidades con Rusia, los recortes de apoyo militar de Estados Unidos, el terrorismo o el crimen. Sin embargo, no ha mostrado ninguna inquietud a nivel personal por su integridad física. Este desinterés no lo comparte su equipo, según se desprende de las medidas que se han tomado en torno a la protección del presidente de la República francesa.

El periódico "Ouest France" ha sacado a la luz los destalles de su impresionante sistema de seguridad, "dignos de James Bond", después de observar ciertas vulnerabilidades en algunos de sus viajes, como su visita de Estado a Mónaco o su aparición en Niza.

Uno de los objetos a los que hace referencia es el paraguas blindado de Kevlar, cuyo tejido está fabricado con un tejido más resistente que el acero. Fue creado en 2011 por la empresa familiar Le Parapluie de Cherbourg, que lo describe como una «auténtica arma de protección». Lo usan los agentes de policía encargados de proteger al presidente. Otro de ellos es el maletín antibalas, que se despliega en tres partes y funciona como escudo antibalas frente a la persona protegida. Se conoce como "maletín Jospin" , en honor al primer ministro socialista, que lo utilizó en el año 2000, cuando fue apedreado por manifestantes palestinos por llamar a Hezbolá "terrorista".

Un componente importante es la flota de vehículos blindados personalizados con una carrocería específica, cuyo coste es de unos 300.000 euros.

Macron dispone, además, de dos teléfonos móviles, aparte del suyo personal. El primero es un Teorem, un teléfono plegable de alta seguridad con botones. En el segundo las comunicaciones están cifradas y dispone de un chip que funciona como una especie de caja negra que puede autodestruirse de manera remota.

El último dispositivo de este arsenal mencionado es una trampilla recortada, que da a un escondite equipado con un botiquín de primeros auxilios y un chaleco antibalas. Macron se benefició de ella en 2017, durante un mitin en Bercy para su campaña presidencial.