Opinión
El diario de Amilibia: ¿Es Ayuso su pasión inconfesable?
Queda aclarado el misterio: a Él no le quitaba el sueño dormir con Pablo Iglesias en la Moncloa, ni tampoco se lo quita dormir con Puchi toda la legislatura
Declara Isabel Díaz Ayuso:«A Sánchez le preocupa dónde duermo porque le quito el sueño». Queda aclarado el misterio: a Él no le quitaba el sueño dormir con Pablo Iglesias en la Moncloa, ni tampoco se lo quita dormir con Puchi toda la legislatura, siempre que cada uno se mantenga quieto en su lado de la cama, claro. Es Ayuso la responsable de su insomnio desde hace años. Es ella, la muy bella, la que le hace deambular por los pasillos de la Moncloa recitando versos del «Cántico espiritual», de San Juan de la Cruz, en adaptación de monseñor Bolaños: «¿Adónde te escondiste, amada, y me dejaste con gemido?/ Como el ciervo huiste/ habiéndome herido/ Salí tras ti, clamando/ y eras ida». Miren por dónde, ahí está el acrónimo/insulto IDA que se utilizó contra Isabel, ¿recuerdan?
Otras fuentes señalan que también se le ha escuchado en las noches monclovitas, cuando la Bego duerme a pierna suelta, versos del «Cantar de los cantares»: «Grábame como un sello sobre tu corazón/ llévame como una marca sobre tu brazo». Un profético anticipo de la moda de los tatuajes amorosos. ¿Dónde tendrá Él tatuado el corazón atravesado por la flecha isabelina o el acrónimo IDA? No se sabe. Según los hermeneutas que estudian el caso, parece claro que las palabras de Isabel («le preocupa dónde duermo porque le quito el sueño») insinúan de una manera velada la historia de una pasión inconfesable del presi hacia la presi, pasión que ella rechaza. Entonces, según lenguas viperinas, la inspección de Hacienda al novio de Isabel y la repetida exigencia de dimisión de Ayuso, sería consecuencia de otro furibundo ataque de celos. Mientras, MAR ya no sabe si retar a duelo a los periodistas que la fustigan con el látigo monclovita o enviarles a todos cestos de fruta. O algo así.
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